31 diciembre 2012

Los hijos de Anansi / Neil Gaiman



Los hijos de Anansi
Neil Gaiman
Anansi Boys (2005)
Ed. Roca Efitorial
Págs.: 379
2006

Se trata de una especie de continuación de American Gods, aunque es muy diferente de ésta. La historia de Los hijos de Anasi retoma este personaje y lo desarrolla a través de sus dos hijos: uno Gordo Charlie, que lleva una vida anodina y el otro, Araña, quien ha heredado aparentemente los poderes divinos de su padre Anansi.

Como decía, la historia es muy diferente que la que se explica en American Gods, ya que es mucho más lineal y concreta, aunque mantiene el ambiente mágico-antropológico de su antecesora.

La novela se lee bien y es interesante, aunque pierde mucho si la comparamos con American Gods. En cambio, como novela independiente, funciona bastante bien.

Los personajes principales están bien tratados, mientras que los secundarios son algo más borrosos.

Tal vez lo más interesante sean las excursiones de la línea principal en que se nos narran historias de los dioses primigenios, tal como sucede en American Gods.

La conclusión es muy del tipo deus ex machina, aunque el hecho de que estemos tratando con “dioses” que juegan con el destino de los humanos, justifica bastante este tipo de final.

En general, un libro interesante y ameno, aunque Gaiman es capaz de hacerlo bastante mejor.

Próximas relecturas



Des hace un cierto tiempo, me estoy dando cuenta de que algunas obras de ciencia ficción que leí en mi juventud se han borrado casi totalmente de la memoria. Así como algunas de ellas están grabadas a fuego, como 2001. Una odisea en el espacio o la Trilogía de las Fundaciones, de otras recuerdo el título y vagamente de qué iban.

Pero es que de algunas obras que en su día me entusiasmaron no me acuerdo prácticamente de nada. Tal es el caso de Las fuentes del paraíso, de Arthur C. Clarke o de Babel 17, de Samuel R. Delany. Así que he decidido que en el 2013, emprenderé un programa selectivo de relecturas.

Éstas son, de momento, las elegidas:

El juego de Ender, Orson Scott Card
Babel 17, Samuel R. Delany
Las fuentes del paraíso, Arthur C. Clarke
Cánticos de la lejana Tierra, Arthur C. Clarke
Crónicas marcianas, Ray Bradbury
Fahrenheit 451, Ray Bradbury
Tropas del espacio, Robert A. Heinlein
Estrella doble, Robert A. Heinlein
1984, George Orwell
El texto de Hércules, Jack McDevitt
Contact, Carl Sagan
Estación de tránsito, Clifford D. Simak
Jinetes de la antorcha, Norman Spinrad
Visitantes milagrosos, Ian Watson

28 diciembre 2012

Aleta / Christopher Moore



Aleta
Christopher Moore
Fluke, Or, I Know Why the Winged Whale Sings (2003)
Ed. La Factoría de Ideas
Págs.: 320
2012

Curiosa e interesante novela del conocido autor de best-sellers Christopher Moore, que trata sobre el fascinante mundo de las ballenas en clave de ciencia ficción.

El planteamiento inicial no puede ser más raro: un conocido estudioso de los cetáceos contempla con sus propios ojos como en las aletas de una ballena que está estudiando aparecen unas letras: “Que te den”. El pobre hombre empieza a pensar que está alucinando. Pero pronto comienzan a sucederse una serie de sucesos extraños que le hacen suponer que se haya detrás de una pista de algo mucho más grande.

La verdad es que el tempo de la novela es extraño. Tras los raros sucesos iniciales, durante un montón de páginas no sucede prácticamente nada. Eso y una extensa cháchara sobre el mundo de las ballenas que tal vez podría habver sido presentado más sobre la acción, pero en fin, de alguna manera no se hace aburrida e incita a seguir leyendo.

Después, los hechos empiezan a precipitarse y se vuelven cada vez más extraños y surrealistas. Lo que parecía inicialmente una novela de fuera del género, se torna de repente en ciencia ficción, con toques de surrealismo y de humor.

La novela combina los conocimientos que hoy día tenemos sobre las ballenas y su canto con la teoría Gaia y con una imaginación desbordante. Tanto, que a veces la acción resulta poco creíble, aunque ello no hace perder interés en la novela, que se lee rápidamente.

En resumen, una novela interesante, fácil de leer, con una imaginación desbordante y algo diferente de otras novelas del mismo autor quien, afortunadamente, no acaba de tener un claro estilo repetitivo en sus obras.

27 diciembre 2012

Correlaciones: Cenicienta Returns



Se cuenta que las míticas Amazonas se cortaban uno de sus dos pechos a fin de que éstos no les dificultasen el poder disparar con arco desde su montura a caballo.

En un orden menor del sacrificio, se explica en el cuento de la Cenicienta que una de las hermanas feas y malvadas de la Cenicienta se llegó a cortar un dedo del pie para intentar encajarse el zapatito de cristal con que el príncipe pretendía encontrar a su misteriosa amada.

Hoy en día, estas cosas suceden en la realidad, aunque la amazonas (o cenicientas) protagonistas son bastante más frívolas. Al parecer, en Estados Unidos se está extendiendo una moda entre algunas mujeres que calzan zapatos de aguja consistente en amputarse el dedo meñique del pie para poder llevar mejor estos estrechos zapatos.

Nunca he entendido la tiranía de las modas más allá del borreguismo servil de los primates, pero creo que esto roza ya los límites del delirio. Claro que tampoco se trata de criticar por criticar. A fin de cuentas, muchos aborígenes polinesios o amazónicos son capaces de realizar verdaderas escabechinas en sus cuerpos, ya sea deformándolos, ya sea realizándose grabados de lo más espeluznante. En su caso, se habla de “costumbres ancestrales o antropológicas”.

Supongo que algo parecido debe suceder con las amputadoras de meñiques. Esto de seguir una moda es mucho más poderoso de lo que pudiese parecer a primera vista. Vaya, aquello que nos decían de pequeños nuestros padres: “si tus amigos se tiran a un pozo, ¿tú también lo harás?”. Bien, respuesta: parece que sí. Sobran los comentarios.

24 diciembre 2012

Buscando a ET dentro de la ballena



Leo en prensa que han sido detectados una serie de planetas en el sistema estelar de Tau-Ceti, una estrella similar a nuestro Sol y relativamente cercana a nosotros. Además, uno de ellos, de alrededor del doble de la masa de nuestra Tierra, se encuentra en la zona habitable de Tau-Ceti, conocida como zona ricitos de oro o ecosfera.

La astrofísica afina cada vez más su puntería. Cuando estudiemos la atmósfera del planeta descubierto a través de análisis espectroscópicos podría ser que nos llevásemos una sorpresa. El hecho de que el planeta se encuentre en la ecosfera de Tau-Ceti podría implicar la existencia de agua y, por lo tanto, de algún tipo de vida.

Creo que es cuestión de pocos años que los astrofísicos terrestres encuentren alguna evidencia de vida en algún sistema estelar cercano, suponiendo que ésta exista, claro. La tecnología está prácticamente ya disponible y es cuestión de acertar en la diana correcta.

Es posible que dentro de un par de décadas, encontrar planetas con signos de vida sea una simple rutina, cosa que actualmente sería una verdadera revolución. No obstante, hay que ser prudentes, porque una cosa es encontrar indicios de vida y otra muy diferente es encontrar vida en sí misma.

Para estar completamente seguros, habría que ir allí y eso es algo que actualmente está fuera de nuestra capacidad tecnológica. Se tardarían décadas, cuando no siglos, en enviar una sonda no tripulada a alguno de los sistemas estelares cercanos. Y digo “cercanos” por utilizar un término conocido, porque realmente hasta la estrella más cercana (después del Sol, claro) está increíblemente lejos para nuestros estándares humanos.

Lo de Tau-Ceti es una buena noticia, en cualquier caso, porque demuestra que la existencia de planetas en la ecosfera en estrellas similares al Sol no es algo extremadamente improbable. Podría ser que nos hubiese tocado el premio gordo de la lotería cósmica. O podría ser que nos hubiese tocado simplemente el reintegro. El futuro lo dirá.