17 enero 2008

Correlaciones: Cangrejos por doquier

Es bien sabido que algunas especies de cangrejos, como el cangrejo americano, pueden llegar a convertirse en verdaderas plagas si llegan a ecosistemas que no estén dotados de sus depredadores naturales. Tal ha sucedido en algunos lugares como el delta del Ebro. Entre el cambio climático y la globalización, me temo que este tipo de fenómenos –las plagas alóctonas- serán cada vez más frecuentes en nuestro planeta.

Hace unos días leía en la prensa una noticia curiosa. Al parecer, los cangrejos japoneses están borrando del mapa ni más ni menos que una isla: Hoboro, en la prefectura de Hiroshima, en Japón. La isla en cuestión se está volviendo cada vez más pequeña y, de seguir así, podría tener los días contados.

El responsable de esta pequeña catástrofe ecológica es un cangrejo llamado nanatsuba-kotbumushi, que excava sus madrigueras en la isla y la debilitan, haciéndola más vulnerable ante las embestidas de los huracanes.

Como muestra del efecto causado, hay que tener en cuenta que en el año 1928, la isla medía 120 metros de largo y una altura de 22 metros s.n.m. Actualmente, desaparece con la subida de la marea. Muy descriptivo.

La noticia me recordó inmediatamente a un conocido relato de ciencia ficción ruso, considerado por algunos, como de los mejores de éste género en Rusia: “Los cangrejos caminaban sobre la isla”, de Anatoli Dneprov. La realidad, en este caso es más simple. Los agresores son cangrejos naturales, no pequeños robots.

El relato pronosticaba lo que posteriormente se ha llamado comportamiento emergente y era, en cierta manera, una especulación brillante derivada de la teoría evolutiva darwiniana.

El relato recuerda mucho también al magnífico relato de George R. R. Martin, “Los reyes de la arena” o a uno de los libros recientes de Michael Crichton: Presa.

La ciencia ficción está bastante poblada de relatos en los que unos seres autoreplicantes se descontrolan y comienzan a provocar problemas de toda índole. No es más que una extensión del “complejo de Frankenstein”, extendido ahora a todo tipo de tecnologías, cosa en la que parece haberse especializado últimamente Michael Crichton.

1 Comments:

At 5:46 p. m., Blogger Unknown said...

Bien mirado, ese relato de CF es la primera implementación de algoritmos genéticos en robots...

Nunca me hubiese fijado si no lo enfocas de ese modo.

 

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