29 marzo 2006

Stanislaw Lem

Se ha ido uno de los grandes: Stanislaw Lem. Mi acercamiento al autor reconozco que ha sido atípico. No me he leído todavía su gran obra: Solaris, en parte porque el ver la película de Tarkovsky representó para mí un cierto trauma (a las tantas de la madrugada y en versión original en ruso: es decir, con nocturnidad y alevosía).

Tampoco he leído sus obras más conocidas como las del piloto Pirx o los Diarios de las estrellas. ¿Qué he leído, pues, de Lem? Pues cuatro de sus obras: Fiasco, La voz de su amo (Glos Pana), Congreso de futurología y Vacío perfecto, todas ellas plenamente satisfactorias.

Leer a Lem no es fácil, en especial porque admite acercamientos a diferentes niveles: uno superficial que nos cuenta una historia más o menos simple pero con elementos extraños que nos hacen sospechar que debajo hay mucho más. Y vaya si lo hay. Éste es el caso de Congreso de futurología una obra más cercana a la filosofía que a la ciencia ficción y con unas ciertas resonancias a lo Philip K. Dick.

Según se cuenta, Lem era visto de manera diferente según el país en que se leyese. En algunos, era visto como un científico; en otros como un filósofo y en otros como un escritor de ciencia ficción. Supongo que esta última acepción es la que más nos ha llegado a nosotros. Pero este amplio abanico de consideraciones ya nos hace sospechar que Lem era mucho Lem.

Por desgracia, y como casi siempre pasa con los grandes que no son fotogénicos o no se pasan todo el día en los medios de comunicación (que también los hay), su desaparición ha pasado bastante desapercibida. Un simple breve en la columna de sucesos de algunos diarios y poco más.

Tampoco me extraña. Muere la folklórica de turno (con todos mis respetos) y los medios nos inundan con panegíricos sobre lo gloriosa que fue su vida, cuando en el fondo poco aportó a nuestras vidas. Pero muere un gran intelectual y la gente ni se entera ni se quiere enterar. En parte, tal vez, porque tendrían que darse cuenta de lo poco que saben de ese intelectual o de cualquier otro y de la poca presencia en su vida de elementos culturales de un cierto nivel.


Descanse en paz, Stanislaw Lem.



Links:


Adiós al más grande
Lem
Adiós al maestro Lem
Una argumentación triste
Stanislaw Lem: 1921-2006
Stanislaw Lem pasa a mejor vida
El último viaje del piloto Pirx

3 Comments:

At 4:51 p. m., Blogger Andrés said...

Yo me quedé de piedra cuando me enteré. Más que nada porque era incapaz de encontrar ni un ápice de información al respecto. Era un boca a boca, me enteré por aficionados, no había apenas ningún medio que hablase del tema. Hasta que entré en la página principal de Lem, y vi esa fecha. Me impactó.

Me impactó porque Lem es uno de esos escritores que inducen a discutir después de haber leído un escrito suyo. Uno de esos escritores en los que ves día a día reinvenciones de sus ideas, más masticadas, pero siempre te remites al maestro.

Me habría gustado haber leído más de Lem para haberle escrito un homenaje en condiciones; me vale con poder evocar los momentos en los que cerré un escrito firmado por él y me puse a reflexionar.

Podría contar anécdotas de Lem, como discusiones con polacas que opinaban que Lem era un coñazo; que les obligaban a leerlo en la escuela. Realmente no les culpo, Lem desde luego que no es para chavales, e incluso a mí me falta mucha madurez para sacarle todo el jugo.

Un saludo, y sigue con tu buen trabajo. Ya tendrás tiempo para leer Solaris ;) Eso sí, la atmósfera del libro es incluso más agobiante que la peli de Tarkovski, a mi parecer.

 
At 6:56 p. m., Blogger Nacho said...

Julián Díez me contó una vez que estaba por centroeuropa (¿eslovenia?) y se encontró con que a las tantas de la madrugada estaban poniendo la peli de Tarkovski en una tele local. Y así, en otro idioma, se la tragó hasta el final. Con un par. No entiendo cómo a los tres fotogramas no se quedó dormido

(si quieres darle un homenaje a Lem, deberías ponerlo entre las próximas lecturas; en comparación te parecerá más ágil que un libro de Heinlein)

Por último, lo que comentas de la folklórica, y poniéndome políticamente incorrecto, al día siguiente ha desaparecido G.H.White. Y valorando todo lo que hizo, que fue mucho, y todos los lectores que con sus historias aportó para la ciencia ficción,... empiezo a notar que la falta de perspectiva vuelve a campar por sus respetos, como cada vez que muere alguien. Algunos ya están con la pistola de adjetivar a pleno rendimiento: era la leche, un maestro, un genio,... Casi parece que ha desaparecido otro Lem. Y lo que ha muerto es un rudimentario artesano.

 
At 8:11 p. m., Blogger Unknown said...

Jo, si que llego tarde.

A ver ¿Nadie ha leido 'La fiebre del Heno' publicada por Nova en Bruguera, y no digamos 'memorias encontradas en una bañera'?

Era de los que se merecían una prorroga

 

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