30 enero 2020

Correlaciones: De Marte a Nueva Delhi


Recuerdo que me impactó bastante un detalle de la película Desafío total (Total Recall, 1990, dirigida por Paul Verhoeven), basada en el relato de Philip K. Dick, “Podemos recordarlo por usted al pormayor” (”We Can Remember It for You Wholesale”, 1966) en que en un planeta Marte colonizado por los seres humanos (pero no terraformado), estos sobrevivían bajo cúpulas en las que se generaba una atmósfera artificial.

Eso sí, nada es gratis. El aire respirable tenía un precio y el dueño de la colonia no tenía el menor escrúpulo en restringir el acceso a este bien preciado cuando los colonos no podían pagar por él o si se sublevaban. Algo parecido sucede en algún capítulo de la serie televisiva The Expanse. ¿Ciencia ficción?

En Nueva Delhi, en la India, el aire se ha vuelto tan irrespirable debido a la contaminación atmosférica, que se están abriendo por doquier locales en los que se sirve oxígeno más o menos puro, con diferentes aromas, eso sí. ¿A esto hemos llegado?

Después de tener que pagar por el agua, un bien que hace tan solo un siglo nos hubiera parecido irrisorio que tuviese un coste, ahora en algunos lugares de la Tierra ya empezamos a cobrar por el aire, un bien común. No deja de ser preocupante.

Estamos muy obsesionados con el cambio climático y lo que nos pueda suceder dentro de 50 años, pero lo cierto es que en muchas ciudades del planeta, el infierno se desata periódicamente, como en la India, en China o en México. El aire se vuelve irrespirable, se disparan todos los límites aceptables de gases contaminantes y la gente empieza a morir por enfermedades ligadas a la respiración.

Tal vez que empecemos a preocuparnos más por eso. No quiero decir que no tengamos que preocuparnos por el cambio climático, pero hay problemas que están aquí, que matan a miles de personas cada año (creo que me quedo corto) y parece que no están en la agenda de demasiados gobernantes.