24 abril 2020

Los niños prodigio en la ciencia ficción


Todos hemos oído decir que Mozart fue un niño prodigio, al igual que Liszt o Beethoven, por poner unos pocos ejemplos en el terreno de la música. O que Gauss, el príncipe de los matemáticos, ya era un genio de las matemáticas desde bien pequeño.

En la ciencia ficción, este fenómeno ha sido tratado en algunas ocasiones. Por ejemplo, en la serie Star Trek: La Nueva Generación, el personaje más joven del reparto, Wesley Crusher es un prodigio en lo que a naves estelares se refiere. En Star Trek: Espacio Profundo 9, el doctor Julian Bashir, el médico de la Estación, también es un niño prodigio, debido a que formó parte de un programa de selección genética ilegal.

En el relato “Los primeros hombres” (”The First Men”, 1960), de Howard Fast, contenido en la recopilación El filo del futuro (The Edge of Tomorrow, 1963), unos bebés que ya muestran desde la cuna una cierta predisposición a la genialidad, son criados con un innovador método pedagógico que los convierte en unos seres verdaderamente sorprendentes.

En la novela La estrella de Ratner (Ratner’s Star, 1976), de Don DeLillo, un joven y genial matemático de catorce años, Billy Twillig, se une a un equipo cuya misión central es descifrar un breve mensaje alienígena recibido en la Tierra proveniente de la estrella Ratner, que tiene a todo el mundo descolocado.

Tal vez el niño prodigio más conocido de la ciencia ficción, del que se han escrito incontables secuelas, sea el de Andrew “Ender” Wiggin, de El juego de Ender (Ender’s Game, 1985, premio Hugo 1986 y Nebula 1985), de Orson Scott Card. Aquí, la principal genialidad del protagonista, un niño, es la de ser un genio militar, creado genéticamente para liderar a la Humanidad en su lucha a muerte contra los Insectores.

Y aunque no sea propiamente ciencia ficción, el niño prodigio más reciente de la televisión sea el personaje de Sheldon Cooper, de la serie The Big Bang Theory, tremendamente inteligente, arrogante, insufrible, pero encantador a su extraña manera, rodeado de unos amigos también encantadores y excéntricos cual más.