31 enero 2020

Duérmete niño


Leo en prensa: “El análisis de las músicas de 315 culturas del mundo muestra que los humanos utilizamos las mismas melodías cuando queremos cantar una nana, una canción de amor o un canto religioso. Y que somos capaces de reconocer estos patrones, sea cual sea nuestro lugar de procedencia.”

Parece que a parte de la capacidad universal que tiene el cerebro humano de aprender idiomas, postulada por Noam Chomsky, la cosa tiene más miga y el “alfabeto” universal puede extenderse a la música, o almenos, a ciertos tipos de música.

¿Será realmente cierto que la música es un lenguaje universal? Bueno, tanto como universal, lo dudo. Entre humanos, como mucho. Cabría ver si también afecta de manera similar a otros primates.

Lo que está claro es que nuestros alienígenas terrestres (delfines y ballenas) tienen sus propios cantos y parece que tienen que ver muy poco con los nuestros. Si no existe universalidad entre especies inteligentes de un mismo planeta, supongo que menos la habrá entre supuestos aliens extraterrestres y nosotros.

En todo caso, es interesante saber que todos los humanos compartimos algo más en común, en este caso, las canciones. Buenas noticias para los que creemos en la fraternidad universal por encima de las legítimas diferencias culturales entre unos y otros.

Todo esto me lleva a recordar la novela de Chuck Palahniuk, Nana (Lullaby, 2002), con bastante mala baba, por cierto, en la que el canto de una nana produce la muerte del bebé al que se le canta. Espero que las universalidades tengan mejores usos.