08 marzo 2012

El último teorema / Arthur C. Clarke & Frederik Pohl

El último teorema
The Last Theorem
Arthur C. Clarke & Frederik Pohl
Ed. Edhasa, Col. Nebulae
Págs.: 576
2008


El último teorema es un libro póstumo del escritor inglés Arthur C. Clarke, desarrollado en su mayor parte por el escritor norteamericano Frederik Pohl, ambos conocidos autores de ciencia ficción. Al parecer, Clarke escribió una parte del libro y dio el argumento de la obra, mientras que Pohl fue el que escribió la mayor parte de la novela.

El argumento inicial de la obra es simple: un joven tamil, genio de las matemáticas, encuentra la demostración “corta” del teorema de Fermat. Eso sí, en medio pasa un poco de todo: revoluciones políticas a nivel mundial, unos extraterrestres algo insidiosos, grandes desarrollos tecnológicos, etc.

En ella, aparecen muchos de los temas habituales de Clarke: el ascensor orbital, las carreras de veleros solares, las matemáticas, niños superdotados, el templo hindú, Sri Lanka y sus maravillosas costas, especialmente, la zona de Trincomalee, un escenario mundial de tres superpotencias (Estados Unidos, Rusia y China), la imposición de la paz mundial por imperativo tecnológico y unos extraterrestres mucho más avanzados que nosotros tecnológicamente, que vigilan nuestro desarrollo.

Por otro lado, también aparecen temas menos frecuentes, algunos casi tabú, como los “paraísos” de la tortura al estilo de Guantánamo o la homosexualidad (aunque bastante colateralmente), así como los choques políticos y religiosos entre diferentes naciones y etnias, que dejan bastante malparados a los Estados Unidos. De hecho, parece un libro que haya sido asesorado por la mano invisible del ultracrítico Chomsky.

Curiosamente, la obra no sólo destaca por lo que cuenta, sino también por lo que silencia. Así, Europa prácticamente ha desaparecido del mapa político mundial y sólo hay una breve referencia a los alemanes como potencia política y militar. Del resto de Europa, ni mu. Tal vez Clarke y Pohl se adelantaron a su tiempo.

Aunque Clarke ya había tratado en otras ocasiones un mundo bipolar, la clásica confrontación entre Estados Unidos y la Unión Soviética, con China siendo el tercero en discordia, ahora este mundo se ha vuelto claramente tripolar, con la sustitución de la Unión Soviética por Rusia y se ha incluido la influencia desestabilizadora del terrorismo islámico mundial. Y por supuesto, el país maligno por excelencia en el imaginario occidental: Corea del Norte.

La novela peca de un cierto optimismo exagerado, según el cual el futuro es esperanzador porque la Humanidad logra superar sus clásicas guerras intestinas gracias al uso de una nueva arma disuasoria muy potente (el Trueno Callado).

Mientrastanto, se nos van presentando unos extraterrestres bastante peculiares que, en mi opinión, no vienen mucho a cuento y que lastran innecesariamente la narración.

Estamos ante la clásica ufología liberadora. Los extraterrestres, extraordinariamente avanzados en todos los sentidos, imponen su solución a los problemas humanos, aunque al final de la novela, se intuye un cierto cambio en el statu quo de la Humanidad respecto de las sociedades galácticas más avanzadas.

Por lo que a la trama se refiere, el inicio es algo lento y aburrido, aunque cuando ha transcurrido aproximadamente la tercera parte de la novela, comienzan a suceder cosas interesantes. Paciencia, pues.

Es evidente que no es la obra cumbre ni de Clarke ni de Pohl, pero se deja leer bien, con ciertos guiños nostálgicos a la ciencia ficción clásica, pero con la intención clara de mostrar un futuro a medio plazo bastante esperanzador.