22 octubre 2020

Nüwa, capital de Marte

Un equipo de investigadores del Instituto de Estudios Espaciales de Catalunya ha presentado un proyecto de una ciudad marciana sostenible, para un millón de habitantes, que ha quedado finalista en un concurso de la Mars Society.

 

Nüwa es una ciudad modular excavada en la roca marciana, con espacios subterráneos habitables protegidos contra la radiación y con aire respirable. Según el coordinador del equipo, Guillem Anglada, se tardarían unos 50 años en construir esta ciudad.

 

Nüwa tendría inicialmente cinco núcleos, aunque no será por falta de espacio. Hay todo el que se necesite. El proyecto es modular, es decir, la ciudad se va desarrollando conforme va llegando gente.

 

En Nüwa, cada persona dispondría de una media de 300 m2 de superficie útil, lo que es mucho según los estándares de las abarrotadas ciudades terrestres. Habría grandes extensiones de túneles, habitáculos, parques y cúpulas protegidas contra la radiación. Recordemos que Marte tiene una atmósfera muy tenue y no dispone de magnetosfera, por lo que la radiación y los impactos meteóricos son un problema que en la Tierra no nos quitan el sueño, pero allí sí.

 

En Marte hay grandes acantilados (como los de Valle Marineris) que tienen más de 2 km de altura y que permiten la entrada de luz solar, pero a la vez la posibilidad de estar protegidos en la roca de la radiación del espacio exterior (la solar es menos problemática, ya que el Sol está más lejos de lo que lo está en la Tierra).

 

Los transportes a través de las galerías y túneles se realizarían con metros o trenes eléctricos.

 

En lo que a la obtención de materiales se refiere, Marte es rico en hierro y sus óxidos, de los que con energía se puede obtener oxígeno. Los plásticos y otras sustancias orgánicas requieren para su fabricación del CO2 de la atmósfera, que hay bastante y del hidrógeno del agua, que se encuentra helada en los casquetes polares.

 

En cuanto a fuentes de energía, básicamente se dispondría de energía solar, obtenida sobre todo gracias a grandes placas fotovoltaicas y energía nuclear, para cuando no estuviese disponible la primera (durante la noche, tormentas de arena, etc.).

 

Los alimentos se obtendrían de cultivos en invernaderos e irían desde las clásicas hortalizas hasta las nutritivas algas.

 

Ya veis que lo tienen casi todo pensado, aunque siempre están los imprevistos, claro. La típica ciudad marciana de ciencia ficción podría ser una realidad mucho antes de lo que nos pensamos. Solo se necesita dinero y gente dispuesta a ir y tal vez, no volver nunca más a la Tierra.

 

¿Ciencia ficción? Claro. Acordaos de las ciudades marcianas de The Expanse, Babylon 5 o Desafío total, por poner unos pocos ejemplos. Y por supuesto, las de la Trilogía de Marte, de Kim Stanley Robinson.