30 abril 2020

Buenos días, Dave. ¿Quieres una pastillita?


De siempre me ha interesado muchísimo la etimología, esa disciplina del saber que estudia el origen de las palabras. Y hay una nueva palabra en el mercado: la halicina.

La halicina es el nombre que se le ha dado a un nuevo antibiótico, inspirándose en HAL, el ordenador psicótico de 2001. Una odisea en el espacio (2001. A Space Odissey, 1968), de Arthur C. Clarke.

Al parecer, dicho antibiótico ha sido descubierto gracias a un algoritmo de inteligencia artificial del tipo deep learning y parece ser que se trataría de uno de los antibióticos más potentes que se conocen, lo que es una muy buena noticia en estos tiempos que corren de resistencias bacterianas a dichas substancias.

Curiosamente, HAL no se dedicaba a estas cosas. El ordenador de ciencia ficción que debía dedicarse, entre otras cosas a descubrir tratamientos médicos, por ejemplo, era Proteus, que aparece en la película El engendro mecánico (Demon Seed, 1977), que por desgracia acaba desbarrando de manera bastante lamentable por otros derroteros.

Es evidente que una de las aplicaciones más interesantes de la inteligencia artificial es el diseño de fármacos y hay muchas técnicas que se están explorando que pueden aplicarse a ello, como es el caso de los algoritmos genéticos y otras similares.

Veremos cómo afecta a todo esto la entrada en escena de la esperada computación cuántica. No sé si un futuro HAL o Proteus serán los responsables del descubrimiento de una vacuna contra el cáncer, por poner un ejemplo, pero posiblemente, ayudarán.