06 junio 2023

Alejándonos de Omelas a velocidad warp

Ya he hablado en alguna ocasión sobre el magnífico relato de Ursula K. LeGuin, “Los que se alejan de Omelas” (“The Ones Who Walk Away from Omelas”). Es un cuento muy importante en la literatura del siglo XX y si me lo permitís, en la del XXI.

 

Sin entrar en molestos spoilers, en él se habla de un mundo utópico en el que toda la carga de la sociedad recae sobre un individuo que sufre, a cambio de que los demás puedan disfrutar. Y no todo el mundo está de acuerdo, porque algunos, sabiéndolo, “se alejan de Omelas”, porque no pueden aceptar que su alegría sea a costa de la desgracia de otro.

 

La historia del siglo XX, ¿no? Y la de toda la Historia, de hecho. Nuestra prosperidad (Occidente), a cambio de la miseria de los países que nos proporcionan materias primas baratas y no pueden desarrollar sus economías. Nuestra prosperidad, quemando los combustibles fósiles acumulados a lo largo de eras geológicas, en poco menos de cien años, a costa de dejarles un mundo arruinado a nuestros descendientes. Nosotros somos Omelas y por suerte, hay cada vez más gente que se aleja de ella.

 

Por ello, no me sorprendió nada ver en la nueva franquicia de Star Trek, “Strange New Worlds”, el capítulo: “Lift Us Where Suffering Cannot Reach” (“Levántanos donde el sufrimiento no puede llegar”), en el que los protagonistas visitan el planeta Majalis, donde un niño -el Primer Siervo- debe ascender al trono por el bien de su pueblo, a costa de una vida de tortura y sufrimiento.

 

En este capítulo se explica aproximadamente el mecanismo por el que se produce este intercambio, esta víctima propiciatoria, a diferencia de en el relato de LeGuin, donde no se da información al respecto. Pero la idea es exactamente la misma.

 

Incluso se habla de gente que, no pudiendo aceptar esta terrible verdad, han abandonado el paraíso y viven en un mundo cercano en condiciones ambientales malísimas, pero con la conciencia tranquila.

 

No sé hasta dónde alcanzaremos con nuestra Omelas. Cada vez son más los que se alejan de ella, pero no sé si llegaremos a tiempo de que el monstruo nos consuma. Tampoco sé si tendremos que irnos a vivir en condiciones pésimas. Pero sería bueno que nos lo planteásemos y decidiésemos entre todos, no solo entre los privilegiados habitantes de Omelas.