18 septiembre 2007

El granjero de las estrellas / Robert A. Heinlein

Siempre es un placer leer a Heinlein. Este escritor consigue meterte en la novela desde la primera página y hacer interesantes hasta las descripciones científicas más secas. Y esta novela no es ninguna excepción.

Aunque La Factoría trate de ponerla al mismo nivel que Forastero en tierra extraña, por ejemplo, es evidente desde la primera página que no es así. Se trata de una novela juvenil reeditada, aunque no por ello deja ser una lectura amena e interesante.

La novela se estructura mediante veinte capítulos breves que facilitan enormemente la lectura. A mí, particularmente, no hay nada que me complique más el devorar un libro que unos capítulos largos e inacabables. Prefiero piezas cortas, aunque a gustos, colores.

El granjero de las estrellas contiene algunas referencias a otras obras del autor, como la balada Las verdes colinas de la Tierra o la cita a Rhysling y narra las aventuras de una familia de colonos terrestres en la luna joviana de Ganímedes, en proceso avanzado de terraformación.

Cuando afirmo que se trata de una novela juvenil no lo digo sólo porque el protagonista central y algunos de los secundarios sean jóvenes, sino porque tiene el clásico ritmo de estas novelas. En definitiva, la temática es el crecimiento, la adaptación a un nuevo medio hostil y la maduración como persona, conseguida a base de esfuerzo y de ganas de autosuperación.

Vaya, los clásicos valores heinlenianos, que se encuentran presentes y bien visibles a lo largo de toda la novela: la supremacía del hombre sobre la mujer, la selección de los más aptos, un cierto rechazo al estado y a sus imposiciones, la exaltación de la vida sencilla de los granjeros, el ultraliberalismo individualista, el respeto a los mayores y a las jerarquías militares, etc.

En fin, que sin ser un clásico, podría serlo. Se lee en un santiamén y contiene algunos pasajes de gran belleza descriptiva, alternados con otros más explicativos, muy en la línea del autor.

La única pega que le pongo al libro, que no es pequeña, es su precio: casi 20 euros. Además, la hartera maniobra de utilizar letra gordota para que abulte más y poderlo vender más caro, es más que descarada.