16 agosto 2007

El futuro ya no es lo que era

El escritor de ciencia ficción William Gibson, autor de libros memorables como Neuromante o Quemando Cromo, renuncia a anticiparse al futuro. En una entrevista recientemente publicada, Gibson afirma que ha renunciado a intentar predecir el futuro, “porque se está convirtiendo en algo demasiado difícil”.

Los cambios tecnológicos en los que vivimos inmersos –ya sabéis, esos que las televisiones anuncian con graciosas musiquitas pseudofuturistas y con efectos acústicos que parecen hechos para tontitos- evolucionan a tal velocidad, que los pobres prospectistas del futuro andan más perdidos que el barco del arroz.

Miquel Barceló comentaba que la ciencia ficción había perdido parte de su encanto cuando se limitaba últimamente a describir el futuro a corto plazo. Parece que ni eso va a ser posible. Está claro que o las temáticas se renuevan o la cosa se va a poner complicada.

Otros escritores, como Vernor Vinge van mucho más allá. Postulan la inminente aparición de la singularidad tecnológica que es un punto de bifurcación irreversible a partir del cuál la humanidad se verá catapultada al futuro de una manera tan drástica que en cuestión de poco tiempo se convertirá en poco menos que una especie de divinidad, debido al crecimiento exponencial de las innovaciones.

Eso sí, en su última novela, El final del arco Iris, trata de describir un futuro a medio plazo sin singularidad tecnológica, al menos entendida a la manera “dura”.

Tampoco es que todo esto deba preocuparnos excesivamente. Algunos escritores bastante famosos, como Isaac Asimov, describieron un Imperio Galáctico bastante satisfactoriamente en el que no había ¡ordenadores!

La finalidad y temática principal de la ciencia ficción no es la predicción del futuro, aunque este tema haya sido uno de los filones más explotados en centenares de relatos y novelas. No entraré ahora en ese campo minado que es tratar de definir qué es la ciencia ficción, pero creo que tenemos género para días.

Eso sí, como decía antes, quienes pretendan seguir explotando el filón de la prospectiva futurista, lo van a tener cada vez más difícil. Si Gibson se ha rendido…


1 Comments:

At 7:32 p. m., Blogger Meister said...

El futur de les pel·lícules i dels llibres de ciència ficció sol ser una veritable burrada, un retorn a l'edat mitjana combinat amb tecnologia punta i brutícia, molta brutícia.

Realment una de les millors recreacions futuristes és la de 2001: una odissea a l'espai. Llàstima que no va quadrar massa bé les dades!

Veient la porqueria que es fa actualment, sempre ens quedarà el nostre amic HAL.

Salut!

 

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