19 febrero 2020

Correlaciones: Las cascadas de Gibraltar


Leo en prensa que se han encontrado nuevas pruebas de la cascada gigantesca que llenó el Mediterráneo en poco menos de dos años, con agua proveniente del océano Atlántico, a través de lo que ahora es el estrecho de Gibraltar.

Esta megainundación, que debió ser digna de ver, se produjo hace 5,3 millones de años, en el período Mioceno y ahora se han encontrado un conjunto de sedimentos bajo el mar de Alborán que corroborarían la teoría en cuestión.

Como siempre, la realidad supera a la ficción. La mitología griega ya hablaba de Hércules separando sus famosas columnas permitiendo que se llenase el Mediterráneo de agua (¿recordáis la alegoría en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona del 1992?). Pero lo cierto es que, si omitimos el detalle de Hércules, la cosa no fue tan diferente de lo que ocurrió realmente.

Hay un relato breve de Poul Anderson, recogido en la antología La patrulla del tiempo (Time Patrol), titulado precisamente “Las cascadas de Gibraltar” (Gibraltar Falls, 1975), ambientado en ese momento.

Hay muchos relatos y novelas que nos hablan de viajes en el tiempo con finalidades turísticas o similares. Qué no daría mucha gente por tener acceso a un agencia de viajes temporal y revivir algunos de los momentos estelares de la Humanidad o incluso de la Tierra: la extinción de los dinosaurios, la crucifixión de Jesucristo, el asesinato de Julio César, la invención del fuego… o las  cascadas de Gibraltar. Tal vez incluso algún episodio de la Peste Negra para los más morbosos.

El Mediterráneo es un mar mucho menos tranquilo de lo que parece. Baste recordar la erupción del Santorini (Thera) que probablemente acabó con la civilización minoica, allá por el 1628 a.C. Las cascadas de Gibraltar nos permiten ponerlo en una perspectiva más épica, tal vez.