07 abril 2011

A diez mil años luz / James Tiptree Jr.

James Tiptree, seudónimo de Alice Sheldon, es una de mis escritoras favoritas de ciencia ficción, especialmente en lo que respecta a sus relatos. No es que sean nada del otro mundo -o tal vez sí- pero son terriblemente vívidos y dejan una marca retinal muy profunda, difícil de olvidar.

A diez mil años luz es una desigual colección de relatos de Tiptree, con algunas obras maestras, unos cuantos buenos relatos y algún que otro delirio new wave algo pasado de vueltas.

Entre los mejores relatos para mi gusto, tenemos: "Y desperté aquí..." o "Os somos fieles, Terra, a nuestra manera". El primero, trata sobre un periodista que trata de moverse en una estación repleta de alienígenas y de trabar contacto con algunas de las fascinantes razas que por allí pululan. El segundo, un mundo de carreras organizadas habitado por los herederos de la Tierra.

Después está los relatos que no tienen mayor trascendencia, pero que por su sarcasmo, a veces verdaderamente ácido, son realmente entretenidos de leer: "Mamá vuelve a casa", con unas alienígenas femeninas de gran tamaño que despiertan la guerra de sexos pero con los roles protagonistas invertidos o bien "Socorro", en que los aliens montan unas guerras de religión de lo más pintoresco.

También tenemos un par de relatos sobre viajes en el tiempo bastante peculiares: "El hombre que volvió", que también es un relato postapocalíptico y "Una eternidad en la bahía de Hudson".

Sobre mundos postapocalípticos, también tenemos el algo surrealista "Las nieves se han fundido".

Más clásicos, y con el típico sello de Tiptree tenemos los relatos "La apacibilidad de Vivyan", también sobre un periodista que descubre las condiciones de vida casi esclavas de unos alienñigenas y una triste historia que es algo confusa de entender, o "Madre en el cielo con diamantes", la historia de un policía en un área minera asteroidal, que mantiene una peculiar relación con una vieja astronauta.

Un poco a medio camino entre "Y desperté aquí..." y "Os somos fieles, Terra, a nuestra manera", pero desde un punto de vista mucho más paródico, tenemos "Nacimiento de un viajante".

Y en la línea de la sociología, casi más propia de un relato de Eduardo Gallego y Guillem Sánchez, está el peculiar y sarcástico relato "Te estaré esperando cuando la piscina esté vacía", en que un avanzado terrano se presenta en un planeta "primitivo" y altera toda la historia de la civilización, destrozando la primera directriz a diestro y siniestro.

En "Súbenos a casa" tenemos un relato tristón, cargado de un cierto dolor y melancolía, de un extraterrestre de apariencia humana que espera ser rescatado de su misión de observación por sus similares.

Finalmente, tres relatos un tanto paranoicos y difíciles de seguir: "Sabio en el dolor", "Las puertas del hombre dicen hola" y "Soy demasiado grande, pero me encanta jugar".

En resumen, un libro desigual pero muy interesante de leer, con algunos buenos o muy buenos relatos de Tiptree y otros un tanto más bien prescindibles o ininteligibles.