08 noviembre 2018

Correlaciones: Y la mariposa voló


Recientemente se han descubierto unos fósiles de mariposa datados de hace unos 200 millones de años. La cifra no debiera tener mayores repercusiones si no fuese porque parece ser que los fósiles son algo anteriores a la presencia de flores sobre la faz del planeta. Y además, parece que son coétaneas con los dinosaurios.

Esta coincidencia me recuerda inexorablemente al conocido relato de Arthur C. Clarke, “El ruido de un trueno”, en el que unos viajeros del tiempo retroceden millones de años y por error pisan una mariposa, lo que genera todo un seguido de pequeños cambios en el tejido espaciotemporal, que tras acumularse, acaban alterando el presente.

La mariposa del relato no deja de ser una metáfora del conocido “efecto mariposa”, presente en las ecuaciones diferenciales deterministas, sensibles a la condiciones iniciales, como por ejemplo, las que gobiernan el tiempo meteorológico.

De esta manera, según la descripción poética, “el aleteo de una mariposa en el Pacífico puede provocar una tormenta tropical en la otra punta del mundo”.

Lo que ello quiere decir es que pequeñas variaciones en las condiciones iniciales de las ecuaciones, no provocan pequeñas variaciones en los resultados, sino que pueden originar diferencias muy grandes. En eso consiste el caos y el efecto mariposa.

En el relato de Clarke, uno de los cambios producidos es que acaba siendo elegido un presidente de los Estados Unidos de corte fascista. Parece que por desgracia, en las últimas elecciones estadounidenses, las mariposas –tal vez rusas- han estado haciendo de las suyas…