20 agosto 2008

Tómate una ducha

Es divertido el nivel de detalle a que a veces puede conducirnos la ciencia ficción futurista. Por ejemplo (y perdón por la frase), ¿cómo se limpiarán el culo en el futuro? ¿Cómo se ducharán o cómo se lavarán el pelo? ¿Cómo se afeitarán?

Algunos autores se han mojado y han ideado métodos higiénicos más o menos creíbles para responder a estas preguntas tan básicas, que no todo tienen que ser láseres, fáseres y desintegradores de bolsillo, oye.

Así, por ejemplo, el inefable Asimov, en Los límites de la Fundación, nos habla de duchas con muy poca agua (hay que ahorrar) y con aire caliente a presión para secarse. En lo que al afeitado se refería, Asimov proponía una maquinilla de afeitar láser, que al parecer podía tener algún efecto secundario desagradable.

Los chicos de Star Trek toman una ducha sónica, que supongo que debe ser algo así como una ducha a base de ultrasonidos. Yo no entraría muy tranquilo en un lugar así, por temor a que me explotase algún órgano. Recordemos qué les pasó a unas gallinas próximas a una fábrica que emitía vibraciones infrasónicas potentes que entraban en resonancia con el cráneo de las pobres aves...

Aunque reconozco que el caso más divertido es el que aparece en la película Demolition Man, en la que se habla que eso de los rollos de papel de seda es algo obsoleto. Ahora se utilizan "las tres conchas", que el pobre Sylvester Stallone, recién salido de criogenia no tiene ni la más remota idea de cómo utilizar.

Un amigo mío tiene la teoría que ir al retrete será una experiencia curiosa en el futuro y en ella intervendrá un chorrito de agua convenientemente dirigido, seguido de un chorro de aire para secar. Si es así, espero que el mecanismo no se estropee o van a producirse verdaderas tragedias en los lavabos del futuro...