19 octubre 2006

Planetas extrasolares

Según recientes estudios, alrededor de un tercio de los sistemas planetarios extrasolares hasta ahora descubiertos podrían contener planetas de clase terrestre. Con la próxima generación de telescopios espaciales podremos detectarlos directamente. Si estas tendencias se confirman, los escritores de ciencia ficción podrán ponerle nombres y apellidos a sus creaciones literarias.

Si hacemos un poco de memoria, podemos desempolvar del fondo del cerebro la ecuación de Drake que trataba de calcular el número de civilizaciones extraterrestres en el universo. Para ello procedía de la siguiente manera:

- Multipliquemos el número total de galaxias del universo por el número de estrellas de una galaxia media.

- A continuación, multipliquemos por la proporción (1/x) de estrellas que contienen sistemas estelares con planetas terrestres (éste es el factor que ahora está en estudio).

- Seguidamente, multipliquemos el resultado por la proporción (1/y) de planetas en que puede haberse desarrollado vida.

- Finalmente, multipliquemos el resultado por la proporción (1/z) de planetas con vida capaces de producir una civilización tecnológica.

Naturalmente, la cosa no es tan sencilla. Para empezar, debemos considerar la ventana temporal. Una civilización puede tener una vida media más o menos larga, que puede ir de unos pocos milenios a váyase-uno-a-saber. El resultado habría, de facto, que multiplicarlo por la probabilidad de encontrar una de esas civilizaciones tecnológicas hoy día, cosa que depende de la longevidad media de una civilización.

Por suerte o por desgracia, sólo conocemos un caso de civilización tecnológica: la nuestra. Sólo conocemos también un caso de planeta con formas de vida: la Tierra. Y, de hecho, estrictamente, sólo tenemos total certeza de un sistema solar con planetas del tipo terrestre: el nuestro.

Sabemos, pues, que la ecuación de Drake arroja un número indeterminado que al menos es de uno y cuya cota superior realmente desconocemos.

El estudio de los diferentes factores de la ecuación de Drake puede ayudar a ubicarnos mejor en el universo y a deducir las probabilidades de que no estemos solos.