18 marzo 2021

Die Krähe

Hay un conocido lied de Franz Schubert titulado “Die Krahe” (la corneja) que me gusta particularmente. Hoy pensaba en él cuando he leído en prensa sobre unos experimentos efectuados en cornejas (Corvus corone) que demostrarían la existencia de una conciencia primaria en dichos animalitos.

 

Que los córvidos son inteligentes, hace mucho tiempo que se sabe. Planifican el futuro; usan herramientas, al igual que los primates; guardan alimento para cuando no hay (¿se acuerdan de la fábula de la cigarra y la hormiga? Pues lo mismo con cuervos) y son capaces de reconocer rostros humanos.

 

Nada mal para tener un cerebro tan pequeño como el que poseen, a diferencia de los primates y antropoides, que tenemos un cerebro enorme, aunque no todos le demos un uso decente, ¡ejem!

 

Los científicos creen que se trataría de lo que se conoce como “evolución convergente”, o sea, descubrir dos veces lo mismo, pero de manera diferente. Como el alfabeto en los humanos, que fue desarrollado de manera independiente por varias civilizaciones no conectadas, o las alas de pájaros e insectos, con orígenes diferentes, pero funciones análogas.

 

Ya he hablado alguna vez de aves inteligentes en la ciencia ficción y no me voy a repetir aquí. De hecho, la literatura en general, tiene bastantes referencias a los córvidos. Tal vez, la más conocida sea el famoso poema de Edgar Allan Poe, “El cuervo” (“The Raven”, 1845), con un cuervo como protagonista, que se dedica a recitar la palabra “Nevermore” (“nunca más”), lo que parece ocasionar un temor atávico en el autor.

 

¿Es posible imaginar una civilización inteligente de córvidos? Supongo que el hecho de tener garras y no manos adaptadas al manejo de objetos, debe complicar bastante las cosas, pero curiosamente, los cuervos parecen tener algún tipo de lenguaje mínimamente sofisticado. ¿Para decir qué? No lo sabemos del cierto.

 

A fin de cuentas, pasa algo parecido con los cetáceos, que hasta cantan canciones y tienen lenguajes bastante complejos (del que no tenemos ni papa, para variar).

 

Sería interesante dedicar más recursos a tratar de estudiar el lenguaje de córvidos y de cetáceos. Tal vez se trate de otro caso de evolución convergente o tal vez el lenguaje, la inteligencia y la conciencia sean más comunes en la Tierra de lo que pueda parecer a simple vista, desde el punto de vista de los humanos.