15 junio 2006

Ubi sunt?

Una de las cosas que hecho a faltar de mis lecturas de ciencia ficción es que hace mucho tiempo que no encuentro un libro del tipo ¡ooooh! Vaya, de esos que expanden la conciencia, que te presentan un nuevo enfoque del universo o un nuevo universo. De esos que cambian algo importante en tu vida.

Supongo que las primeras lecturas, que en mi caso datan de la adolescencia, difícilmente serán superadas después en novedad y originalidad, aunque éstas en sí no fuesen obras maestras, ya que son las primeras y quedan grabadas a fuego en nuestra memoria y condicionan, en buena medida, el enfoque que le damos a posteriores lecturas o, al menos, el tipo de lecturas que seleccionamos.

Aun así, de vez en cuando se van presentando libros maravillosos, pequeñas joyas, que nos fascinan por uno u otro motivo. Reconozco que cada vez me cuesta más encontrar cosas así. ¿Me estoy haciendo viejo? ¿La ciencia ficción ha perdido el sentido de la maravilla? ¿No hay nada nuevo bajo el sol? Son preguntas que me hago cada vez más.

He aprendido a valorar y apreciar otras cualidades en las obras de ciencia ficción y de fantasía, pero creo que sigo necesitando ese sentido de la maravilla de la época clásica que no acabo de encontrar por ningún sitio. Es cierto que aún me quedan por leer algunas obras clásicas importantes, así que no sé con total seguridad si es un problema únicamente mío o es una característica que afecta a la literatura fantástica contemporánea.

No obstante, no creo que sea una simple cuestión de experiencia personal. Por ejemplo, la última vez que dije ¡ooooh! fue cuando leí El Señor de los Anillos, hace apenas cuatro años, ya que no es la típica obra de mi adolescencia, sino que fue un descubrimiento tardío. No sé qué efecto hubiera producido en mí a los 16 años, pero sí sé el que produjo hace unos pocos.

Otra de las notables excepciones es buena parte de la obra de José Antonio Cotrina, en especial, los relatos y novelas cortas ambientadas en el universo de Las fuentes perdidas, como "Entre líneas" o el onírico "Lilith, el juicio de la Gorgona y la sonrisa de Salgari".

Es por ello que creo que la literatura fantástica actual ha madurado mucho en tratamientos narrativos, desarrollo de los personajes y tramas, pero cojea bastante de ideas y de sentido de la maravilla. Al menos lo que yo he leído últimamente.

2 Comments:

At 11:26 p. m., Blogger . said...

Hmmm... y has leído "Hacedor de Estrellas", de Olaf Stapledon? Yo hacía tiempo que le daba vueltas al asunto más o menos como tú, pero al leerlo y dejarlo en barbecho un tiempo, cada vez me va pareciendo mejor. Te lo recomiendo! ;)

 
At 10:13 a. m., Blogger Yarhel (Enric Quílez) said...

Sí, lo he leído. Es de esos libros que impactan, aunque tiene una densidad poco habitual en el género. Es como escuchar a Brahms :)

 

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