25 agosto 2008

Final feliz para la kumari viajera

Hace tiempo, escribí un post hablando de las kumaris, las niñas-diosas del Nepal, que a muy temprana edad son apartadas de su familia y llevadas a un palacio, donde la gente las tiene por divinidades vivientes. Esto, lejos de ser algo maravilloso, puede acabar siendo una verdadera pesadilla para estas pobres niñas que nunca tuvieron una infancia normal y que son destronadas en cuanto vierten sangre, generalmente, la de la menstruación.

Pero soplan vientos de cambio en Nepal. Tras el derrocamiento de la monarquía, esta otra institución, las kumaris, también ha sido sometida al escrutinio de los nuevos tiempos. El Tribunal Constitucional nepalí ha resuelto que las kumaris tienen derecho a tener una infancia normal y podrán ir a la escuela.

Asimismo, el Tribunal ha ordenado que las kumaris gocen de una pensión cuando dejen su puesto, lo que representará un gran avance para unas niñas que, una vez desposeídas de la divinidad, se encontraban con que nadie las quería, tal vez debido al temor que inspiraban. Final más o menos feliz, pues, para estas niñas.