23 septiembre 2019

Jano y la publicidad


En 1953, Frederik Pohl y Cyril M. Kornbluth escribieron a cuatro manos lo que sería un clásico de la ciencia ficción: Mercaderes del espacio (The Space Merchants).

En esta crítica despiadada del capitalismo y de la publicidad, aparece un espeluznante concepto: la campbelización límbica que es un sucio recurso publicitario utilizado a traición por las grandes compañías para hacerte adicto a los productos que publicitan.

Lo curioso del caso es que los pobres diablos que son campbelizados son considerados poco menos que como parias de la sociedad: pierden su trabajo, pierden sus amigos y pierden todo su estatus en una sociedad en que se vive de ello.

Pohl y Kornbluth fueron unos visionarios. La publicidad de hoy en día y nuestra sociedad no son muy diferentes. Lo expondré mediante un ejemplo: la publicidad de los productos alimentarios supuestamente sanos.

No hay cosa más absurda que alguien te incite a comer y te venda que eso, por ejemplo, adelgaza. De hecho, si quieres adelgazar, lo mejor es no ingerir esos aportes extras de calorías que “te ayudan” (¡y un cuerno!) “a no engordar”.

Y claro, después, la gente obesa está mal vista socialmente, en el paradigma imperante de gente “cool”, delgada (a veces, directamente anoréxica). Es lo que sucede en Mercaderes del espacio: por un lado te incitan a consumir desaforadamente, pero al mismo tiempo, las conscuencias de ello están mal vistas.

Realmente es para acabar loco. Y obeso. Y en algunos casos, arruinado, con diabetes y con otros serios problemas de salud física y mental. Es como el dios romano Jano, que muestra las dos caras: solo que una de ellas, se nos oculta sibilinamente.