14 noviembre 2006

Muero por dentro / Robert Silverberg

Muero por dentro es la obra culminante de Robert Silverberg. Es, de hecho, una especie de autobiografía en clave metafórica.

El protagonista de la novela, David Selig es un telépata dotado de esta habilidad en un mundo de gente que no la posee y que vive atormentado y en medio de un sentimiento de culpa por el uso que hace de su “don” y por el temor a perderlo, ya que recientemente se ha dado cuenta que sus capacidades son menguantes.

Selig se gana la vida de mala manera, como puede, lejos de ir explotando a los demás. Un día conoce a otro telépata que no tiene el menor tapujo a la hora de utilizar sus especiales capacidades, tanto para enriquecerse como en su vida íntima y sin el menor remordimiento. A pesar de que Selig lo intenta, no acaba de poder adoptar la misma actitud.

Pero el mayor problema de Selig es que, después de toda una vida atormentado por su don, ahora lo está perdiendo (muere por dentro) por lo que se produce una lucha mental entre el miedo a perder el don y la necesidad de librarse de él para poder ser una persona “normal”.

La novela, que utiliza diferentes tipos de narración: con narrador en tercera persona, en primera persona, reflexiones internas, extractos de los trabajos literarios con los que se gana la vida, pensamientos ajenos, es muy rica en matices y del todo absorbente desde la primera página.

En parte, es el morbo lo que nos lleva a devorar página tras página, pues queremos saber cómo acabará David Selig, si perderá o no realmente su don, así como el conocer de qué manera ha afectado a su vida infantil, juvenil y adulta su capacidad telepática.

La novela describe también una serie de relaciones amorosas, todas fallidas por uno u otro motivo, así como las difíciles relaciones con sus progenitores y con su hermana adoptiva, que descubre sus capacidades y que lo acaba odiando tanto como él la odia a ella.

En su conjunto, estamos ante una obra de claro carácter autobiográfico. La telepatía, el don maldito de Selig, es el alter ego de la brillante capacidad intelectual del autor –Robert Silverberg- quien ha vivido frecuentemente rodeado de gente mediocre y para quien el uso de su inteligencia, lejos de reportarle pingües beneficios, sólo le ha producido serias complicaciones en su vida.

Todos conocemos algún caso de algún niño extremadamente brillante que se aburre en clase, no socializa con sus compañeros y que acaba malográndose por no poder integrarse con una cierta normalidad a la sociedad.

El libro me recuerda bastante a El elogio del imbécil, de Pino Aprile, en donde medio en serio, medio en broma, con un sarcasmo descarnado se nos plantea que en el mundo, la inteligencia descollante nunca ha sido demasiado bien vista y que la gente inteligente, si lo es realmente, vive más tranquila y más feliz si simula no serlo.

Mucho de esto hay en la novela de Silverberg. El personaje vive continuamente en el anonimato, escondiéndole a todo el mundo –salvo a contadísimas excepciones, muchas veces por error- su tremenda capacidad, por temor a ser tratado como un paria, como un espectáculo circense.

En definitiva, una novela redonda, dura pero tremendamente adictiva a la hora de ser leída. Aprovechad la reedición que ha lanzado La Factoría al mercado si queréis disfrutar de esta pequeña joya del retrato psicológico.

2 Comments:

At 4:11 p. m., Blogger Kaplan said...

Para mí es la mejor obra de Silverberg y una de las más grandes que ha dado la cf. Una maravilla

 
At 8:25 p. m., Blogger MARCO said...

Es la mejor obra que leido porque se asemeja a mi vida aunque algunos no la entiendan.Es genial

 

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