19 octubre 2020

Correlaciones: Superconduciendo

Recientemente, se ha conseguido crear un material superconductor a temperatura ambiente (15 ºC). La pega es que se trata de un cristal diminuto sometido a una presión nada baladí de 2,6 millones de atmósferas.El material se compone de átomos de carbono, hidrógeno y azufre y se desconoce su composición exacta, así como su estructura interna. ¡Qué mala suerte!

 

A pesar de todas las pegas, podría ser un nuevo paso en la obtención de materiales superconductores viables. Ello representaría una revolución tecnológica sin precedentes, que afectaría al almacenamiento y transporte de energía eléctrica, a los transportes como los maglevs (trenes levitadores magnéticos de alta velocidad), turbinas aerogeneradoras, máquinas de resonancia magnética, etcétera. Y por supuesto, a la supercomputación.

 

El mundo sería un lugar muy diferente con materiales superconductores viables a temperaturas “razonables”, en las que no tuviésemos que refrigerar los materiales con helio líquido o incluso con nitrógeno líquido.

 

En la ciencia ficción, la superconductividad aparece de vez en cuando. Por ejemplo, en el relato “Cruzada” (“Crusade”, 1968), de Arthur C. Clarke, contenido en la recopilación El viento del Sol, en un mundo situado en el espacio intergaláctico, a temperaturas del orden de la licuefacción del helio, aparece una inteligencia superconductora que no aprecia demasiado a las inteligencias orgánicas más “cálidas”.

 

En Los ingenieros de Mundoanillo (The Ringworld Engineers, 1979), de Larry Niven, la decadencia de Mundoanillo deriva del ataque de unos hongos a los superconductores utilizados en el sistema. El mismo Niven, junto a Jerry Pournelle hablan de pinturas superconductoras a temperaturas ambiente en La paja en el ojo de Dios (The Mote in God’s Eye, 1974).

 

En el relato “Efectos relativistas” (“Relativistic Effects”, 1982, Premio Locus, 1983), de Gregory Benford, contenido en la recopilación En carne alienígena, se utilizan superconductores para generar inmensos campos magnéticos que sirven como base al funcionamiento de una enorme nave espacial estatocolectora.

 

Por último, citar la novela Rescate en el tiempo. 1999-1357 (Timeline, 1999), de Michael Crichton, en donde aparece un enorme dispositivo basado en superconductores que es capaz de escanear una persona, descomponerla y enviarla al pasado con una avanzada tecnología. Una especie de teletransportador de Star Trek, pero viajando en el tiempo en vez del espacio.