03 abril 2006

Pérdida de lectores

En alguna ocasión he dicho que muchos países europeos nos pasan la mano por la cara en cuanto a tasas de lectura se refiere. No hace falta irse a los países nórdicos, en los que no sólo se venden y se leen muchos libros, sino que los ratios de préstamos por lector y año son los más altos de toda Europa. Basta cruzar la frontera y ver qué sucede en Francia, donde hasta los pueblos pequeños tienen librerías que ya nos gustaría tener a nosotros. Lo sé porque vivo en la frontera y puedo comparar.

Pero la cosa está comenzando a cambiar y no precisamente para bien. Según los últimos informes sobre lectura, en países como Francia, el número de lectores está disminuyendo. Eso a pesar de que se editan más títulos, si bien a costa de reducir las tiradas. ¿Os suena? Es lo que nos pasa a nosotros cada vez más, sobre todo en las colecciones de género. Incluso alguna editorial francesa de ciencia ficción ha tenido que cerrar, no sé si por estos u otros motivos.

En España la cosa es mucho más preocupante. Casi la mitad de los españoles no leen ni un sólo libro al año y al menos un tercio consideran que la lectura es una actividad desagradable que no merece la pena el más mínimo esfuerzo y que rechazan de plano.

Entre los más críticos con la lectura están los jóvenes, entre la adolescencia y la madurez, que cada vez leen menos. Más concretamente, la población masculina, que salvo algunos libros de deportes y algunas publaciones técnico-científicas, no tiene el menor interés por la lectura. En cambio, entre la población femenina, las lecturas abundan más, aunque tampoco es para echar las campanas al vuelo.

¿Por qué sucede esto? Los niños suelen leer mucho más que los adolescentes, pero llegada una determinada edad pierden el interés por la lectura. A esto hay que añadir que asocian los libros como una especie de imposición escolar que nada les satisface. Recuerdo que hace unos meses, estando comprando en una librería, un chico que acompañaba a otro le espetó:

- Me voy fuera que esto huele a libro y me recuerda al colegio.

Por supuesto os podéis hacer una idea de qué tono utilizó en su aseveración.

La población adolescente, en especial la masculina, a penas lee. En parte también porque, sencillamente, no sabe leer. Tiene problemas de lectura y ya no digamos de comprensión. Así lo indican multitud de estudios realizados sobre este tema. ¿Cómo van a disfrutar de una lectura si les cuesta leer -casi les duele, podríamos decir- y encima apenas entienden lo que leen?

Es una serpiente que se muerde la cola: no leen porque les cuesta y como les cuesta, no leen y la bola se hace cada vez más grande. Así, estamos criando generaciones de analfabetos funcionales que, si bien en teoría saben leer y tienen el mejor acceso a la cultura que históricamente nadie ha tenido y de manera masiva, en el fondo es como si no supiesen leer. El acceso, aparentemente libre a la cultura, les está en realidad vedado.

Así pues, ¿nos extraña que haya pocos lectores de ciencia ficción en nuestro país? Muchos de ellos somos gente de una cierta edad, talluditos que dicen algunos y el repuesto generacional, simplemente, no existe. Es verdad que la fantasía tiene mejor suerte, siempre que sea ligerita y de corte juvenil, porque como pongamos obras de una cierta "calidad" literaria, estaremos igual que ante la ciencia ficción en general.

Todo lo que haga pensar y reflexionar no interesa demasiado. De hecho, parece que hasta moleste. A fin de cuentas, se presupone una cierta sensibilidad cultural, social, política, filosófica... del tipo que sea. Y esto es cada vez más difícil de encontrar en una generación de progresa adecuadamente y de créditos variables de macramé. Sinceramente, no hay mucho espacio al optimismo.

Preveo, pues, que mientras las actuales generaciones de lectores aguanten y tengan un cierto interés, la ciencia ficción subsistirá en nuestro país. Pero no parece haber reemplazo. Quizá os parezca exagerado, pero soy de la opinión que después de nosotros, el diluvio.

3 Comments:

At 11:28 p. m., Blogger Nacho said...

Sé que sólo es un chascarrillo que en nada aporta al (preocupante) tema, pero es tan bueno que no puedo dejar de contarlo.

Hoy en un curso al que estoy yendo de modelos de calidad empresarial en la enseñanza (toma castaña!), una compañera ha contado una anécdota de cuando fue de vacaciones a Finlandia. Entraron a una discoteca de Helsinki y el portero estaba (alucina) leyendo un libro para pasar el rato. Encuenta aquí algo igual.

Claro, en Finlandia la tasa de lectura se estima en 30 libros por habitante al año. Y en Pisa se salen!

P.D: Habrá nuevos lectores, en cantidades semejantes a antaño.

 
At 11:07 a. m., Blogger Yarhel (Enric Quílez) said...

Nacho, la post data ha sonado a la rima de Bécquer de "Volverán las oscuras golondrinas" XD

 
At 12:18 p. m., Blogger Nacho said...

Uno, que es poeta y no se ha dado cuen ;)

 

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