Virus y pandemias
Si algo abunda en la
ciencia ficción, son los relatos, novelas, películas y series de TV
relacionadas con enfermedades contagiosas terribles (pandemias), hecatombes por
virus zombis y demás distopías horripilantes. De hecho, muchas de ellas, están
más cerca del terror que no de la ciencia ficción.
La cosa viene de lejos.
Una novela clásica de plagas imparables es La peste
escarlata (The Scarlet Plague, 1912), de Jack
London, ambientada en el por aquel futuro lejano (2013), en que una enfermedad
de la que no se conoce cura, se propaga como la pólvora, diezmando a toda la
humanidad.
Podríamos citar muchas
otras. Por ejemplo, en La amenaza de Andrómeda (The
Andromeda Strain, 1969), de Michael Crichton, un virus proveniente
del espacio amenaza con causar estragos en la población terrestre y se desata
una cuenta atrás angustiosa para tratar de controlar la enfermedad antes de que
sea tarde.
En Soy
leyenda (I Am Legend, 1954), de Richard Matheson,
un virus acaba convirtiendo a prácticamente todos los humanos en vampiros. Esta
sería una de las variantes de los relatos sobre hecatombes zombies, sólo que
aquí con vampiros.
En La guerra de
los mundos (The War of the Worlds, 1897), de H. G.
Wells, son los microbios los que producen una matanza entre los marcianos que
han invadido la Tierra, tema que se retomará en los años 80 del siglo XX, con
la mítica serie V, en la que los malvados lagartos
extraterrestres son contenidos gracias a una bacteria (el polvo rojo).
Y hablando de exterminar
extraterrestres, Ray Bradbury, en uno de sus relatos de Crónicas
marcianas (en “Aunque siga brillando la luna”, And the Moon
Be Still as Bright,1948), describe una civilización marciana masacrada
por el virus de la varicela humana. Una revisitación de lo que los europeos
llevaron al continente americano como “regalo” de visita (la viruela).
También Connie Willis, con
su excelente El libro del día del juicio final (Doomsday
Book, 1992) nos habla de una plaga (la peste negra) correlacionada
con otra, en tiempos modernos, que aunque no se cita explícitamente, se parece
mucho al VIH.
En el cine, son muchas las
películas que tratan este tema. Tenemos por ejemplo, Estallido
(Outbreak, 1995), con algo parecido al Ébola; la tremenda
12 monos (Twelve Monkeys, 1995); o
28 días después (28 Days Later, 2002),
con la clásica hecatombe zombi.
En fin, que el tema está
de rabiosa actualidad. Primero fue el ébola y el virus del Nilo; luego el zyka;
el SARS y actualmente, el coronavirus. De virus y bacterias los hay en grandes
cantidades y variedades. La mayoría son desconocidos para el ser humano y
muchos de ellos son potencialmente peligrosos, aunque muchas de las pandemias
más peligrosas son ya historia, como la de la viruela (300 millones de muertos)
o la gripe española (entre 50 y 100 millones de muertos) o la peste negra (75
millones de muertos).
El riesgo de pandemia
siempre ha existido, aunque gracias a la inmunidad natural, la raza humana
siempre ha acabado sobreviviendo. Actualmente, gracias a los antivirales y los
antibióticos, hemos dado un gran paso adelante en la lucha contra las
pandemias. Por desgracia, este mismo mundo globalizado que permite a los
científicos de todo el orbe intercambiar información para combatir las plagas,
es el mismo que permite propagarlas a gran velocidad gracias a la revolución de
las comunicaciones.
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