14 febrero 2020

Virus y pandemias


Si algo abunda en la ciencia ficción, son los relatos, novelas, películas y series de TV relacionadas con enfermedades contagiosas terribles (pandemias), hecatombes por virus zombis y demás distopías horripilantes. De hecho, muchas de ellas, están más cerca del terror que no de la ciencia ficción.

La cosa viene de lejos. Una novela clásica de plagas imparables es La peste escarlata (The Scarlet Plague, 1912), de Jack London, ambientada en el por aquel futuro lejano (2013), en que una enfermedad de la que no se conoce cura, se propaga como la pólvora, diezmando a toda la humanidad.

Podríamos citar muchas otras. Por ejemplo, en La amenaza de Andrómeda (The Andromeda Strain, 1969), de Michael Crichton, un virus proveniente del espacio amenaza con causar estragos en la población terrestre y se desata una cuenta atrás angustiosa para tratar de controlar la enfermedad antes de que sea tarde.

En Soy leyenda (I Am Legend, 1954), de Richard Matheson, un virus acaba convirtiendo a prácticamente todos los humanos en vampiros. Esta sería una de las variantes de los relatos sobre hecatombes zombies, sólo que aquí con vampiros.

En La guerra de los mundos (The War of the Worlds, 1897), de H. G. Wells, son los microbios los que producen una matanza entre los marcianos que han invadido la Tierra, tema que se retomará en los años 80 del siglo XX, con la mítica serie V, en la que los malvados lagartos extraterrestres son contenidos gracias a una bacteria (el polvo rojo).

Y hablando de exterminar extraterrestres, Ray Bradbury, en uno de sus relatos de Crónicas marcianas (en “Aunque siga brillando la luna”, And the Moon Be Still as Bright,1948), describe una civilización marciana masacrada por el virus de la varicela humana. Una revisitación de lo que los europeos llevaron al continente americano como “regalo” de visita (la viruela).

También Connie Willis, con su excelente El libro del día del juicio final (Doomsday Book, 1992) nos habla de una plaga (la peste negra) correlacionada con otra, en tiempos modernos, que aunque no se cita explícitamente, se parece mucho al VIH.

En el cine, son muchas las películas que tratan este tema. Tenemos por ejemplo, Estallido (Outbreak, 1995), con algo parecido al Ébola; la tremenda 12 monos (Twelve Monkeys, 1995); o 28 días después (28 Days Later, 2002), con la clásica hecatombe zombi.

En fin, que el tema está de rabiosa actualidad. Primero fue el ébola y el virus del Nilo; luego el zyka; el SARS y actualmente, el coronavirus. De virus y bacterias los hay en grandes cantidades y variedades. La mayoría son desconocidos para el ser humano y muchos de ellos son potencialmente peligrosos, aunque muchas de las pandemias más peligrosas son ya historia, como la de la viruela (300 millones de muertos) o la gripe española (entre 50 y 100 millones de muertos) o la peste negra (75 millones de muertos).

El riesgo de pandemia siempre ha existido, aunque gracias a la inmunidad natural, la raza humana siempre ha acabado sobreviviendo. Actualmente, gracias a los antivirales y los antibióticos, hemos dado un gran paso adelante en la lucha contra las pandemias. Por desgracia, este mismo mundo globalizado que permite a los científicos de todo el orbe intercambiar información para combatir las plagas, es el mismo que permite propagarlas a gran velocidad gracias a la revolución de las comunicaciones.