06 agosto 2020

El futuro imaginado por Roddenberry

En la película Star Trek: Primer Contacto (First Contact, 1997), dirigida por Jonathan Frakes, hay una escena bastante divertida en la que el capitán Jean-Luc Picard tiene una charla con una mujer de mediados del siglo XXI (se ha producido el inevitable viaje al pasado).

 

En la conversación, Picard dice que en su siglo, trabajan por el bien común, para mejorar personalmente y como especie, que han dejado atrás el afán de acumular dinero. Y ella le pregunta en voz baja: ¿Es que no les pagan?”, a lo que el capitán le responde un tanto altivamente “tenemos una sensibilidad más elevada”.

 

El futuro imaginado por Roddenberry es poco menos que una utopía socialista, lo cual no deja de tener su gracia siendo la franquicia un producto genuinamente estadounidense y, por ende, muy capitalista.

 

Lo cierto es que en la serie, la cosa no está muy clara, porque en algunos capítulos aparece el dinero físico, especialmente en Deep Space 9, aunque se da a entender que es una concesión a otras especies comerciantes, como los ferengi, a los que se critica, por cierto, despiadadamente como capitalistas irredentos.

 

La Tierra del siglo XXIV es un lugar idílico, nada contaminado, con las clásicas construcciones futuristas (tal y como nos las imaginábamos a finales del siglo XX), con gente sonriente y sana, plenamente realizados.

 

Ni que decir tiene que este tipo de utopías suelen ponerme algo nervioso, especialmente cuando no queda claro cuál ha sido el precio a pagar para conseguirlas. Recordemos que también los griegos clásicos o los aristócratas sureños confederados vivían en sus bellas mansiones a costa del trabajo de los esclavos.

 

Estas sociedades más o menos idílicas pueden estar soportadas por eslabones más débiles, como nos hace constar magníficamente la escritora Ursula K. LeGuin en su estupendo relato “Los que se alejan de Omelas” (“The Ones Who Walk Away from Omelas”, 1973, Premio Hugo 1974).

 

No obstante, tampoco vamos a hacerle ascos al mundo que imaginó Roddenberry, siempre que esté sustentado sobre pilares éticos. Y en principio eso parece. A menos que la Federación Unida de Planetas no sea lo que parece. Ahí hay tema para una serie. A ver si se atreven.