24 septiembre 2008

Correlaciones: A la caza del snark

Cuando empecé esta sección -Correlaciones-, aún existía Cyberdark y la idea era crear una columna periódica en cada actualización de contenidos, de tal manera que se relacionasen hechos cotidianos de actualidad con relatos o libros de ciencia ficción o fantasía.

Desde entonces, mucho ha llovido y "Correlaciones" ha acabado siendo una especie de subsección de este blog en que hablo de ciencia ficción, fantasía y terror sobrenatural. Pero reconozco que, tal vez por ser la primera, tiene un rinconcito especial en mi corazón y procuro que de vez en cuando la sección continúe.

Generalmente las temáticas surgen solas. La realidad es muy golosa y casi siempre supera a la ficción. En cualquier caso, son primas hermanas y están estrechamente correlacionadas, por lo que no es difícil ir dotando de contenidos a esta sección. Pero hoy, leyendo un libro que aparentemente nada tenía que ver con la literatura fantástica: Los juegos de Mastropiero, de Carlos Núñez Cortés, uno de los integrantes del celebérrimo grupo humorístico argentino Les Luthiers, se me ha encendido la bombilla.

El libro es una especie de homenaje a otro realmente interesante: Verbàlia, de Màrius Serra y analiza algunos de los numerosísimos juegos de palabras de todo tipo que han utilizado Les Luthiers en sus espectáculos. En uno de los capítulos comienza a hablar de una serie de nombres que conocía, pero que nunca había "relacionado" y ello me lleva al "Correlaciones" de hoy.

El conocido matemático y escritor Lewis Carroll, autor de libros tan paradigmáticos como Alicia en el país de las maravillas, tenía una fértil imaginación, de la que salieron algunos términos que luego han hecho furor en el mundillo de la literatura fantástica.

En uno de sus cuentos, aparece el término "snark" ("La caza del snark"), que es una contracción de "snail" (caracol) y "shark" (tiburón). Desde entonces, muchos han sido los que han utilizado este recurso literario para crear nuevas palabras y nuevas criaturas. El propio término "snark" abunda en la literatura, en la ficción, en la informática y hasta en las matemáticas, como no podía ser de otra manera.

También Carroll fue autor de un extravagante poema que causó furor entre los luditas literarios y los amantes de los juegos de palabras: se trata de "Jabberwocky", en el que abundan los "snarks" (es decir, estas palabras formadas por empotramiento de dos o más términos). Supongo que el nombre os suena, porque Bibliópolis bautizó con este nombre a su colección de recopilaciones de ensayos sobre literatura fantástica.

Jabberwocky es un término actual del inglés utilizado, precisamente, para referirse a literatura sinsentido (non-sense). Es curioso, pero algunos términos que en él aparecen, vuelven a reaparecer en la ciencia ficción (Fredric Brown, Roger Zelazny o H. Beam Piper).

Por ejemplo, el tercer verso del poema:

All mimsy were the borogoves

debiera encender las alarmas de cualquier aficionado serio a la ciencia ficción clásica. Se trata del título de un relato de Henry Kuttner, contenido en Lo mejor de Henry Kuttner (Edhasa) y que podría traducirse por: "melosos se atristaban los borloros" (por ejemplo) y que algunos han cualificado como el título más excéntrico dado a un relato de ciencia ficción (aunque aquí habría mucho que discutir). Por cierto, que el poema ha sido traducido a multitud de lenguas, incluído el klingon!!!

Existe otra conexión de "Jabberwocky" con Star Trek. En el capítulo de la serie clásica, "Plato's Stepchildren", el capitán James T. Kirk y el vulcano Spock cantan (sí, cantan) los siguientes versos:

I'm Tweedledee, he's Tweedledum.
We're spacemen marching to and from.
We slythe among the mimsy troves,
And tire among the borogroves.


Por cierto, que este surrealista capítulo pasó a la historia por ser el primer programa de televisión en Estados Unidos en que un hombre blanco (Kirk) besaba a una mujer negra (Uhura). La censura no dijo nada porque la escena pasaba en la quinta puñeta en el siglo ventimuchos. ¡Tiene narices!

La cosa se complica, porque Tweedledee y Tweedledum son los nombres de dos gemelos (una chica y un chico) de Alicia a través del espejo. En castellano se los suele traducir como Patachunta y Patachún y aparecen ya en siglo XVIII en un poema del inglés John Byrom, aunque son más conocidos por pertenecer también a una canción de cuna del siglo XIX.

"Jabberwocky" está incluído en Alicia. En él, es recitado por el huevo parlante Humpty Dumpty, quien forma parte también de un megasnark, esta vez de James Joyce, otro irreverente verboludita, quien en su tremendo y difícilmente traducible Finnegan's Wake, lo incluye en el séptimo trueno de la caída de la escalera de Tom Finnegan.

Un caso particular de jabberwocky lo constituyen las "jitanjáforas", estrofas en verso en las que se prima la sonoridad. Es algo así como los galimatías sinsentido que a veces oímos recitar a los magos en sus conjuros y fue cultivada por algunos escritores dadaístas. Recordemos que "da-da", el término que da nombre al movimiento, no significa nada (un claro caso de "non-sense").

El término "jitanjáfora" fue adoptado por Alfonso Reyes en 1929 a raíz de una estrofas del escritor cubano Mariano Brull, claro ejemplo de esta estructura. Al lector del fantástico español le sonará el término, pues es el título de una novela de Sergio Parra de título análogo.

En fin, que como podéis ver por la extensión de esta entrada, el tema da para bastante y la trama está notablemente embrollada. Y para terminar de embrollarlo, permitidme que termine con unos versos de La Cenerentola de G. Rossini, que aunque suenan a jitanjáfora, son italiano puro:

Questo è un nodo avviluppato,
Questo è un gruppo rintrecciato.
Chi sviluppa più inviluppa,
Chi più sgruppa, più raggruppa.

1 Comments:

At 1:29 a. m., Blogger Abuelo Igor said...

"Jabberwocky" era también el título original de la ópera prima de Terry Gilliam, "La bestia del reino". El poema se recita como voz en off de la secuencia inicial, justo antes de que el hombre que se internaba en el bosque, y que en apariencia iba a ser el protagonista, sea horriblemente despedazado por un monstruo.

 

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