04 mayo 2020

Feminismo en la ciencia ficción


El otro día me enteré que una pequeña editorial -Chronos- va a editar Lengua materna, de Suzette Haden Elgin, en catalán, cosa que me sorprendió, porque aunque el libro está francamente bien, es un poco antiguo y no es un clásico. Con ello no quiero decir que no se puedan editar sino los clásicos, pero hay que tener en cuenta que hay pocas obras de ciencia ficción editadas en catalán, a diferencia de en castellano, de las que hay una buena producción traducidas a esta lengua.

Lengua materna (Native Tongue, 1984) y su continuación, La rosa de Judas (The Judas Rose, 1987), de Suzette Haden Elgin son dos buenos ejemplos de literatura de ciencia ficción algo radical, de los años ochenta.

Algunos catalogarían a Elgin poco menos que como feminazi, aunque a mí ese término nunca me ha gustado nada y me suena bastante despectivo. Sí que es cierto que el libro destila un determinado tipo de ideología feminista bastante radical, pero está muy bien escrito y se lee bastante bien, aunque lo recuerdo de hace bastantes años, cuando lo leí.

Por desgracia, y que yo sepa, no se ha traducido al castellano la tercera y última parte de la trilogía de la que forman parte. Tal vez ahora se haga en catalán. A ver si hay suertecilla.

En la sociedad futura que describe Elgin, las mujeres son simples adornos sin derecho alguno. Cuando ya no son útiles para procrear, se les extirpan los pechos para evitar tener que tratarlas de posibles cánceres, cosa que encarecería su “mantenimiento”. Ya veis que la sociedad en cuestión tiene tintes distópicos bastante negros.

Cuando me enteré que la conocida actriz Angelina Jolie se había extirpado los pechos porque genéticamente estaba predispuesta a sufrir cáncer de mama, no pude evitar recordar a Suzette Haden Elgin y el mundo de Lengua materna.

Por lo que a la ciencia ficción feminista respecta, hay bastantes más ejemplos. Citaré unos cuantos: El cuento de la criada (The Handmaid’s Tale, 1985), un estupendo libro de Margaret Atwood, sobre un mundo en el que las mujeres fértiles se han convertido en poco menos que esclavas al servicio de la casta dirigente y su función se reduce a parir niños sanos. El libro ha sido llevado al cine y actualmente, a la televisión en forma de serie.

También está la novela La puerta al país de las mujeres (The Gate to Women’s Country, 1988), de Sheri S. Tepper, otra escritora polémica de ideas un tanto radicales en diferentes aspectos; aquí, en lo relativo a las relaciones hombre-mujer.

Otra escritora conocida del subgénero es Joana Russ y su famoso El hombre hembra (The Female Man, 1975), con menor acogida por parte del fandom, tal vez demasiado “excesivo”.

En cambio, un libro que trata las identidades sexuales de manera excelente es La mano izquierda de la oscuridad (The Left Hand of the Darkness, 1969, Premio Hugo 1970, Premio Nebula 1970), de Ursula K. LeGuin: un clásico imprescindible, tanto de esta temática como de la literatura.

No quisiera olvidarme de Marion Zimmer Bradley y su versión feminista del mito de Arturo, desde el punto de vista de su hermanastra Morgana Le Fay, en Las nieblas de Avalón (The Mists of Avalon, 1983, Premio Locus 1984), llevada también a la televisión.

Ni tampoco voy a dejarme a James Tiptree Jr., pseudónimo de Alice Bradley Sheldon y algunos de sus magníficos relatos, como “Houston, Houston. ¿Me recibe?” (”Houston, Houston, Do You Read?”, 1976, Premio Hugo 1977, Premio Nebula, 1977) o “La muchacha que estaba conectada” (”The Girl Who Was Plugged In”, 1973, Premio Hugo 1974). Por cierto, que Alice Sheldon se escondió bajo un pseudónimo masculino durante muchos años y la mayor parte de los escritores del género estaban totalmente convencidos de que era un hombre.

Finalmente, no toda la ciencia ficción feminista ha sido escrita por mujeres. También hay algún intento por parte de los hombres. En este caso, Tiempos de gloria (Glory Season, 1993), de David Brin.