29 noviembre 2005

Los clásicos de la literatura fantástica

En un post anterior, hablaba de los libros que habían dejado mella en mí tras su lectura. Lo cierto es que uno tiende a etiquetar de manera automática dichos libros como "clásicos". Y posiblemente sea un error. Yo prefiero hablar de libros grabados a fuego.

¿Qué es para mi un clásico? Pues un libro que, independientemente de su éxito popular en el día en que se publicó, haya influido notablemente en posteriores escritores de manera que sea posible diferenciar un antes y un después en el género en alguna característica propia de dicho libro.

Es evidente que un clásico fue La Trilogía de las Fundaciones, porque introdujo una nueva manera de enfocar los imperios galácticos desde la óptica de la psicohistoria.

Otro clásico fue El Señor de los Anillos que creó en la fantasía un mundo riquísimo de personajes y detalles obtenidos mediante el método de la subcreación e inspirado en fuentes mitológicas de las sagas nórdicas, británicas y célticas, entre otras.

Algo parecido en la ciencia ficción resultó ser Dune y su inacabable saga de secuelas y precuelas: la creación de un mundo basado en múltiples culturas terrestres, rico en detalles, con personajes carismáticos y una ambientación inigualable combinando la space opera, la ciencia ficción soft, la religión, la política, etc.

Revolucionario para el género fue Neuromante, una de las primeras novelas cyberpunk, que nos ofreció esa moderna temática con tratamientos literarios también innovadores.

Temáticamente también encontraríamos grandes clásicos: La máquina del tiempo de H. G. Wells sobre el viaje temporal; la ciencia ficción utópica (que no las utopías) tan característica de Arthur C. Clarke y muy particularmente de 2.001: Una odisea en el espacio o La ciudad y las estrellas; la moderna space opera con Las estrellas, mi destino de Alfred Bester o Pórtico de Frederik Pohl; en el campo de la sociogénesis, Cyteen de C. J. Cherryh; o la importantísima figura de Philip K. Dick en el cuestionamiento de la realidad; 1.984 de George Orwell o ¿Un mundo feliz? de Aldous Huxley en el campo de las distopías; y así sucesivamente: la lista sería muy extensa.

Creo, pues, que la condición de clásico va ligada a los conceptos de innovación representativa e impacto en el género (o incluso fuera de él).

Diferencio también las listas de clásicos de lo que podría ser un canon de la ciencia ficción, de la fantasía o del terror. Creo que la primera lista es más extensa y no deben entrar en valoración tanto las cuestiones meramente literarias, es decir, formales o estilísticas. En cambio, un canon debe tener más en cuenta la calidad literaria (sea eso lo que sea) y estará necesariamente influido por las tendencias de moda del presente, mientras que una lista de clásicos, se fundamentará más en cuestiones históricas.

Desde este punto de vista, una lista de clásicos es más objetiva que un canon, ya que en el primero intervienen factores moderadamente subjetivos, mientras que en el segundo, lo hacen caracteres mucho más subjetivos (calidad literaria, obra destacada, autor emblemático, concordancia con unos parámetros subjetivos determinados, etc).

1 Comments:

At 5:30 a. m., Blogger  Ometopía said...

Muchas gracias por la información. Es interesante el artículo.

Formo un diplomado de Literatura Fantástica y buscaba algo de información que no aparece en antologías.

Me recordaste anexar un poco de CiFi en la literatura fantástica antigua.

Me gusta cómo redactas. De nuevo gracias.


Jaa na !!

 

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