28 noviembre 2007

Sobre la continuidad

Me estoy leyendo un entretenido libro de divulgación filosófica titulado El cerdo que quería ser jamón, de Julian Bagini. Contiene 100 experimentos mentales sobre cuestiones muy diversas de orden filosófico. Algunas de ellas, claramente sacadas de la ciencia ficción.

Uno de los temas que trata ya lo he analizado en alguna ocasión en este blog: la continuidad de la conciencia. Pero vayamos por partes y planteémonos una serie de preguntas:

1. Supongamos que en el futuro somos capaces de construir un teletransportador al estilo Star Trek, en el que los objetos y personas que en él se introducen son reducidos a partículas y su información transmitida a otro transportador en donde son reconstruidos. La persona reconstruida, ¿es la misma que el original o ñeste se perdió al ser desintegrado?

Está claro que se trata de una copia, pero si la composición material es idéntica, ¿no se trata de la misma persona? ¿Qué sucede con la conciencia? ¿Y si el original no fuese destruido?

En mi opinión se trata de una copia que tendría la misma noción de existencia que el original y sus mismos recuerdos, pero sería una persona diferente, como se podría comprobar si el original no fuese destruido.

2. Cada diez años, aproximadamente, todos los átomos de nuestro cuerpo han sido sustituidos por otros iguales. De tal manera que ninguna molécula original ha sobrevivido. Eso sí, una molécula de agua es indistinguible de otra molécula de agua y así sucesivamente. De alguna manera, la sustitución material se ha ido realizando progresivamente y existe una continuidad entre la persona actual y la de hace diez años.

De hecho, Ray Bradbury utiliza esta paradoja para justificar que el personaje que se casó con su mujer, no es la misma persona que la que hoy existe.

3. Supongamos que vamos sustituyendo las redes neuronales de nuestro cerebro progresiva y lentamente por redes artificiales de neuronas. En principio la conciencia no desaparece y se produce una adaptación progresiva. ¿Cuándo colapsaría nuestra conciencia? ¿Cuándo se reemplazase alguna red neuronal sensible? ¿Con una cierta cantidad de sustituciones? ¿Nunca?

Este es el argumento de un curioso capítulo de Star Trek: Deep Space Nine.

4. La ameba es un ser, en cierta manera inmortal. Se reproduce por escisión, es decir, su cuerpo se divide en dos partes iguales que después crecen y se convierten en dos amebas idánticas. Y así ad infinitum. De hecho, salvo mutaciones, cualquier ameba que podamos encontrar hoy es idéntica a la ameba original. En cierta manera, es la misma ameba.

¿Qué sucedería si un ser humano pudiese reproducirse así? ¿Qué pasaría con la conciencia? ¿También se duplicaría? ¿Y la conciencia original? ¿Se perdería?

La continuidad es un tema fascinante, especialmente cuando se aplica a procesos que aún no conocemos bien (o en absoluto) como la conciencia. Sigue siendo un tema en el que la especulación tiene mucho campo por recorrer y que, por lo tanto, seguirá siendo foco de interés de los relatos de ciencia ficción.