02 diciembre 2023

Shakespeare era klingon

Un detallito curioso de Star Trek, especialmente de las películas sobre la serie original, vaya, la del capitán James T. Kirk y Mr. Spock, es que están llenas de pequeñas referencias y guiños a citas literarias muy diversas. Para ilustrar lo que quiero decir, pondré unos cuantos ejemplos, aunque podría haber muy bien seleccionado otros, ya que hay muchísimos.

 

En la segunda película, en “La ira de Khan”, el susodicho Khan le espeta a Kirk una frase tremebunda inspirada directamente en “Mobby Dick”: “Desde el corazón del infierno, yo te apuñalo”. De hecho, cuando Chekov va a Ceti Alpha V y se encuentra a Khan en el Botany Bay (nombre del famoso lugar de Australia en que James Cook desembarcó en este continente por vez primera), puede ojear un ejemplar de “Mobby Dick”.

 

Aunque será en “Primer Contacto”, con el capitán Picard, cuando “Mobby Dick” y la búsqueda obsesiva del capitán Ajab llegará a su pleno esplendor, ya que se convierte en el leitmotif de todo el comportamiento de Picard en la película.

 

En la tercera película, “En busca de Spock”, se cita la conocida frase: “Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos”, mítico inicio de “Historia de dos ciudades”, de Charles Dickens.

 

El comandante Chekov alude al famoso cuento “ruso” (???) de la Cenicienta y Spock, para no quedarse corto en eso de los apropiamientos indebidos, cita un conocido proverbio “vulcano” que afirma que “Solo Nixon podía ir a China”. Y, ¿cómo no?, también hay referencias a películas, como “Adivina quién viene a cenar esta noche”.

 

En la cuarta película, “Misión: salvar la Tierra”, Spock y Kirk discuten sarcásticamente sobre los clásicos del siglo XX. Bueno, lo que ellos consideran clásicos y que posiblemente nosotros consideraríamos material fungible.

 

Pero será en la sexta película, en “El país desconocido” cuando las citas shakespearianas se multiplican. El propio título, “El país desconocido”, alude al conocido monólogo de Hamlet, en el que se alude al futuro, diciendo que es el país del que no retorna ningún viajero.

 

Los klingon, que afirman orgullosamente que “no se descubre a Shakespeare hasta que se lee en el klingon original”, también recitan el “Ser o no ser”, pero en klingon, claro (“taH pagh taHbe”). El general Chang, el archivillano klingon, excelentemente interpretado por Christopher Plummer, tiene una gran afición a las citas del autor de Strattford-upon-Avon.

 

Así, exclama, cuando empieza una cacería entre las naves klingon y las federales: “Comienza el juego” (de “Enrique V”) y también: “Soy constante como la estrella polar” (del “Julio César”) o “A partir de ahora soltaré a los perros de la guerra” (misma obra); “Partir es siempre una dulce tristeza” (de “Romeo y Julieta”); “¿Acaso escuchamos las campanadas a medianoche?” (de “Enrique IV”); “Sentémonos en el suelo y contemos la triste historia de la muerte de los reyes” (de “Ricardo II”) y una de mis favoritas: “Nuevamente en la brecha, amigos míos” (de “Enrique V”).

 

Otro autor citado en el universo Star Trek es Sir Arthur Conan Doyle, concretamente, su Sherlock Holmes. Así, Spock comenta: “Si de lo que tenemos eliminamos lo imposible, lo que nos queda, por improbable que parezca, será la verdad”.

 

En las diferentes series de las franquicias, las referencias son aún más numerosas, pero lo dejaremos para otra entrada.

 

Resumiendo: uno de los rasgos característicos de Star Trek es la multitud de referencias multiculturales que aparecen en sus episodios y películas, que abarcan toda la historia del arte y de la mitología.

 

Esto es interesante, porque para aquellos que nos aficionamos de jóvenes a la ciencia ficción, las referencias ajenas a ella son importantes a la hora de abrirnos las puertas de otros mundos igual de interesantes que esta y picarnos la curiosidad.