19 febrero 2009

Los otros

Uno de los temas que más me fascinan en la ciencia ficción es el de la antropología, que puede estar disfrazada de xeobiología. La manera en que el ser humano trataría a otras civilizaciones extraterrestres, generalmente de menor nivel tecnológico que el suyo, marcaría claramente cómo somos como especie y nos definiría de mejor manera que cualquier análisis detallado en una enciclopedia al uso.

Hay algunos relatos fascinantes en este ámbito. Tal vez uno de los más conocidos sea El nombre del mundo es bosque, un maravilloso relato de Ursula K. LeGuin en clave antropológica y con el trasfondo de la guerra de Vietman, en el que se recoge el choque entre una civilización humana militarista y despiadada y otra totalmente diferente.

Otra novela enormemente demoledora a tal efecto es Un caso de conciencia, de James Blish, en que el choque de civilizaciones se produce, entre otras cosas, por cuestiones de carácter religioso.

Un reciente relato que me dejó muy pensativo y de una cierta mala leche es el magnífico "El instante más triste", I Premio Pasadizo Ciencia Ficción, de Santiago Eximeno, contenido en la antología Bebés jugando con cuchillos, con un cierto aire al también magnífico Lágrimas de luz, de Rafa Marín, en que una corporación terrestre se dedica a arrasar los mundos que encuentra a su paso en nombre del progreso y para beneficio propio de la corporación.

Este tipo de relatos son, tristemente, muy frecuentes. ¿Por qué? Pues porque tal vez esa sea nuestra descarnada naturaleza. Tal vez, el relato más clarificador en este sentido sea el multipremiado "Siete vistas de la garganta de Olduvai", de Mike Resnick.

Tal vez el mono (o el reptil) que llevamos dentro nos impida tener compasión por los que son diferentes. Tal vez nuestro sistema reptiliano sea mucho más poderoso y nos influya mucho más de lo que es políticamente correcto reconocer. Pero tampoco hay que salir a las estrellas para darse cuenta: basta echar una simple ojeada a los diarios en cualquier momento. Si ése es el trato que nos damos los unos a los otros, ¿qué no haremos con los demás, que nos importan mucho menos?