07 febrero 2007

El SETI y la Oreja de Dioniso

Muchos son los relatos que tratan sobre posibles comunicaciones –activas y pasivas- con hipotéticas civilizaciones extraterrestres no humanas. Sin adoptar plenamente el punto de vista totalmente escéptico de Stanislaw Lem en obras como Fiasco, La voz de su amo o en su magna obra: Solaris, debo reconocer que siempre he sido algo remiso a creer en tales posibilidades.

Por un lado, los factores reductores que suelo emplear en la ecuación de Drake, no arrojan demasiadas civilizaciones inteligentes de orden galáctico. Por otro lado, no hay evidencias serias de que los alienígenas nos hayan visitado. Vaya que, tal como lo planteó Fermi en su famosa paradoja, “si hay extraterrestres, ¿dónde están?”.

Otro de los factores que me hacen ser bastante escéptico es que tras los años que llevamos escuchando el Cosmos con radiotelescopios, no hemos localizado ni un solo atisbo de vida inteligente fuera de nuestro planeta. De acuerdo que, históricamente, llevamos a la escucha muy pocos años, pero si estuviésemos cerca de alguna red de civilizaciones, posiblemente algo habría caído.

Por supuesto, puede ser que estemos escuchando en los canales incorrectos o que las comunicaciones a largas distancias se realicen con potentes rayos láser, con neutrinos o con ondas gravitatorias, pero parece más plausible el uso de ondas de radio.

Recientemente, un equipo de astrónomos, mediante el uso de nuevos instrumentos que se están construyendo en Australia, tratarán de escuchar las eventuales transmisiones provadas de otras civilizaciones. Hay que tener en cuenta que, hasta ahora, sólo seríamos capaces de detectar potentes señales que hubiesen sido emitidas hacia nosotros, pero no conversaciones de fondo.

Esto será posible gracias al LFD (Low Frequency Demosntrator) del radioobservatorio MWA (Mileura Wide-Field Array), que sería capaz, al menos en teoría, de detectar civilizaciones tecnológicas similares a la nuestra en cualquiera de las mil estrellas más cercanas al Sol. El LFD está preparado para estudiar frecuencias entre los 80 y los 300 MHz.

Esta especie de Echelon cósmico o, si preferís un referente más mitológico, esta especie de Oreja de Dioniso, podría permitirnos fisgar en las conversaciones de otras especies, caso de existir. ¿Es una buena idea?

Algunos libros de ciencia ficción prospectiva han desarrollado el tema. En algunos, hemos recibido un mensaje que nos permitiría construir un dispositivo para viajar a las estrellas, como es el caso de Contact de Carl Sagan.

En otros, como en El texto de Hércules, el mensaje contiene una gran cantidad de información que la Humanidad no está preparada para asimilar, por los problemas de todo orden que ello comportaría.

En la serie de los Sofontes (Marea estelar y similares), David Brin pone a disposición de la Humanidad una Biblioteca Galáctica de conocimientos, cosa que suele conllevar un estancamiento tecnológico propio de las especies que aceptan el envenenado regalo, ya que pierden el interés por innovar y casi todo lo que pueden descubrir, les es entregado de golpe.

En definitiva, que puede pasar aquello de que “el que escucha lo que no debe, corre el riesgo de oír lo que no desea”