30 septiembre 2019

Los fisgones


Ha aparecido en prensa una noticia que me ha parecido ciertamente deliciosa. Según un artículo publicado en The Astronomical Journal por el investigador James Benford, se nos sugiere que investiguemos a fondo unas rocas espaciales cercanas a la Tierra llamadas cuasisatélites, que son coorbitales a la Tierra, porque en ellas –podría ser- que los alienígenas hubiesen instalado dispositivos espía para tenernos más o menos controlados. Los fisgones, los llama.

Sinceramente, reconozco que algunas personas tienen mucha imaginación. Quizá lo único que pretenda es obtener fondos para investigar su materia favorita o quizá no. Los chinos, de momento, ya se han apuntado al carro y tienen intención de enviar una sonda en el futuro.

Creo que si existiesen dichos dispositivos, muy posiblemente tendrían la función de transmitir ocasionalmente datos a sus creadores y de momento no hemos encontrado nada parecido. Claro que a lo mejor no hemos mirado en el sitio adecuado. Quizá no teníamos que apuntar los radiotelescopios al infinito, sino al espacio cercano a la Tierra.

Si nos están espiando, se lo deben estar pasando en grande. Especialmente, con las teleseries venezolanas, con las series de anime o con los programas sobre ovnis. Por lo demás, si no están alucinando por nuestro absurdo comportamiento, es que se parecen mucho a nosotros y eso podría ser ciertamente peligroso.

No obstante, lo más probable es que no haya nada ahí. Solo rocas y polvo espacial. No perdería mucho tiempo investigando la idea. Es más útil buscar rocas potencialmente peligrosas cuyas órbitas intercepten la de la Tierra. Las rocas coorbitales no presentan de momento mucho riesgo.

Tal vez los malvados “marcianos” de La guerra de los mundos no están en Marte, pero sí que se encuentran en el vecindario y nos han dejado de regalito unos preciosos dispositivos espía para ver cómo vamos progresando. Es un decir, claro.