Correlaciones: Censurando el arte
A raíz de los enésimos
disturbios raciales en Estados Unidos, se ha desatado una ola mundial para ver
quién es más antiracista y de paso, más repipi. La plataforma HBO informó que
iba a retirar de su catálogo la película Lo que el viento se
llevó, porque al parecer perpetuaba el racismo. Me extraña que no
hayan censurado El nacimiento de una nación, de Griffith,
que es muchísimo más racista.
La BBC ha decidido retirar
un episodio de Fawlty Towers, por considerarlo racista
también, lo que ha desatado las iras de John Cleese, uno de sus artífices. Y
con razón.
Al final, la HBO no
retirará la conocida película, pero sí que la anunciará con una
contextualización histórica. Vaya, por lo visto la gente es tonta del culo y no
se nota que el filme tiene más de 80 años y que por aquella época, el racismo
campaba a sus anchas por todas partes.
A raíz de los comentarios
de unos compañeros, me he acordado de Remake (1994, Premio
Locus 1996), la interesante novela corta de Connie Willis, en la que se muestra
un Hollywood del futuro, en el que ya no se hacen películas con actores
originales sino que solo se utilizan efectos de ordenador para recrear las
antiguas películas.
Eso sí, sin ciertos
terribles vicios como un actor fumando, por poner un ejemplo. Una manera como
otra de reescribir la historia, en este caso, la cultura. Por desgracia me
recuerda a lo que los nazis llamaban “cultura degenerada”, que era todo aquello
que no era puramente ario y “correcto” según su criterio.
Los tiempos de
hipercorrección política que vivimos, ya me disculparéis, los encuentro
nauseabundos. Las cosas fueron como fueron. No debemos tratar de silenciarlas.
Precisamente, son un recordatorio de cómo fueron las cosas hasta que cambiaron
(teóricamente para mejor).
Por otro lado, ¿quién nos
asegura que lo que hacemos hoy día no pasará por la navaja de la censura dentro
de un siglo por considerarlo culturalmente inadecuado? ¿Es que lo estamos
haciendo todo tan bien? Tal vez ver una carrera de coches gastando gasolina a
troche y moche, emitiendo gases contaminantes a la atmósfera se considere un
acto obsceno digno de ser censurado.
En fin, espero que esta
oleada de repijerío ultrachachi pase algún día y la gente recupere el sentido
común. Una cosa es luchar contra el racismo y otra, muy diferente, es
reescribir la historia. Algunos lo llaman “macarthismo bueno”. No hay ningún
“macarthismo” bueno y si no lo entendemos, es que no hemos aprendido la lección
ni lo que fue el macarthismo.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home