08 febrero 2006

Correlaciones: La naranja mecánica

Hace ya casi cincuenta años desde que la publicación de La naranja mecánica (A Clockwork Orange) de Anthony Burgess y la temática expuesta en dicho libro está de rabiosa actualidad: las bandas callejeras ultraviolentas, los jóvenes desorientados, una sociedad apática y desmotivada, la globalización...

Sin llegar a los extremos del libro, nuestra sociedad actual se parece mucho al fresco pintado en su día por Burgess. Estremece pensar en las muchas cosas que acertó, lo que quiere decir que la raíz del problema estaba presente ya entonces y se podía haber previsto y, por ende, actuar en consecuencia, en vez de esperar a que las cosas sucediesen sin más. Pero naturalmente, sólo era ciencia ficción, claro.

Hace unos días que se ha conocido la sentencia judicial por la que se condena a una multa irrisoria a los chicos que se dedicaban a apalear a transeúntes al azar, grabándolo todo en sus móviles y al grito de 'Sonríe Willy'. No sé qué me parece más triste, si la conducta de los chicos o el nulo castigo que les han impuesto.

Asimismo, no hace mucho que la opinión pública se vio sorprendida y horrorizada ante unos hechos verdaderamente atroces: una indigente fue quemada viva por unos chavales que al parecer no tenían otro pito que tocar. Pobres, se aburrían.

La relación con La naranja mecánica es más que evidente. También en nuestra sociedad tenemos al político genial de turno que lo arregla todo con medidas de tres al cuarto, de lo más progresista y, por supuesto, de lo más inútil. Pero quedan bien en las fotos que se hacen, en eso son unos hachas.

La falta de valores y la ultrasaturación de estímulos en la que viven inmersos los jóvenes casi desde que nacen son en buena parte responsables del fenómeno.

La verdad es que la película que hizo Kubrick a partir del libro es una obra maestra que merece la pena ser paladeada con calma. A mi me impresionó profundamente la primera vez que la vi.

Es curioso porque el propio título del libro encierra un acertijo que no fue revelado hasta hace relativamente pocos años. La naranja mecánica (que no sale por ningún lugar en el texto), A clockwork Orange en el inglés original es una curiosa superposición de clockwork (mecánico) y orang(e), un término asiático para primate, que es precisamente de donde deriva la palabra orangután. Así pues, el título contiene una elipsis de milenios entre el homo tecnologicus y los homínidos primigenios.

El propio nombre del protagonista, Alex, no es casual, pues hace referencia a Alejandro el grande, el caudillo por antonomasia, así como el juego de palabras: a lex (una ley), ya que el protagonista dicta su propia ley y no reconoce ninguna otra.

Una obra de actualidad que merece la pena una atenta (re)lectura.

2 Comments:

At 3:42 a. m., Blogger Emmanuel said...

Tu cometnario no tiene desperdicio alguno, al vez que apredi algo, pues aunque conocia algo sobre lo de la terminologia "Naranja Mecanica", no sabia del juego de palabras de Alex.

UNa pelicula imprescindible, una obra maestra y a mi gusto deberia de estar entre las primeras mejores peliculas de la historia.

 
At 12:14 a. m., Blogger Cementerios Reunidos said...

El text és genial... encara que pense que hi ha un error... el lema de la "naranja mecánica" si que apareix al llibre dos o tres vegades... doncs, aquest era el títol d'un llibre que estava escrivint el primer home, benestant, al qui apalegen... ho recordes? Encara que açò, lo de títol, no apareix a la pel·lícula... Una llástima que no apareguen la mitad de coses que al llibre... ja que aquest és una obra mestra de la literatura de ciència ficció! I llástima que els americans suprimiren l'últim capítol de llibre... doncs aquest últim és el qui dona sentit a tota la trama... Tinc que felicitar-te pel text que has fet! Sense res més que afegir...

 

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