08 septiembre 2008

Uno, dos,... ¡ufff!

Cuando leo un libro de ciencia ficción de David Brin sé perfectamente a qué atenerme. Su filosofía básica suele ser: ¡qué buenos que somos los humanos! Vaya, que según él, si existen alienígenas, los humanos les pasamos la mano por la cara (o por lo que tengan en la parte superior del cuerpo). Típico caso de antropocentrismo desaforado.

Digo esto porque en una de sus novelas de la Serie de los Sofontes, Brin viene a decir que los aliens trabajan con matemáticas discretas, explotando la potencia de cálculo de la supercomputación, mientras que los humanos hemos sido capaces de inventar algo tan sublime como el cálculo diferencial e integral.

¡Por favor! Hay tribus cuyos lenguajes tienen los siguientes numerales: uno, dos y muchos. Con ello no quiero que me tachéis de racista. Seguro que tienen métodos muy eficaces para expresar cantidades mayores, pero no parece que las matemáticas sean una característica muy preciada en la especie humana.

Un amplio porcentaje de la población es incapaz de decir si el uno por ciento de uno es una cantidad mayor o menor... ¡que cien! Y no hablemos de otras barbaridades que definen perfectamente al hombre de hoy día, como postuló magníficamente John Allen Paulos en su interesante libro El hombre anumérico, cuya lectura recomiendo encarecidamente.

¡Pero si es que hasta los elefantes nos superan! Parece ser que, según recientes experimentos de la Universidad de Tokio, si colocamos varios baldes con una gran cantidad de manzanas en su interior y les "pedimos" a un humano y a un elefante que escojan el balde con mayor número de manzanas, el elefante acierta un 74% de la veces, contra el 67% de los humanos.

Decididamente, los números no son lo nuestro. Por suerte, hay una raza especial de humanos, los matemáticos, que se encargan de sacarnos las castañas del fuego y permiten la erección de grandes pirámides o el enviar sondas a Marte. Por fortuna, el diablo creó a los ingenieros, para restablecer el statu quo, haciendo que confundiesen millas con kilómetros.