10 octubre 2019

El nombre del mundo es Amazonas


Las recientes y vergonzosas declaraciones del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, en la Asamblea General de la ONU sobre el Amazonas me han recordado irremediablemente a un maravilloso relato de Ursula K. LeGuin: “El nombre del mundo es bosque” (”The Word for the World is Forest”, 1972, premio Hugo).

Concretamente, me han recordado a la actitud machista, prepotente, colonialista y racista del Capitán Davidson del relato, que desprecia a los más débiles y los considera poco menos que ganado a explotar. Así, con Bolsonaro y las tribus indígenas y no hablemos ya de las selvas tropicales.

De todas maneras, estamos ante un claro caso de realidad superada por la ficción. Cuando leí por vez primera “El nombre del mundo es bosque”, nunca me imaginé que me encontraría un caso real parecido, si bien está claro que el relato está inspirado en la acción norteamericana en la guerra del Vietnam.

Pero pensaba que esas cosas estaban felizmente superadas y me temo que me equivocaba. Esta misma semana, he podido ver un vídeo en el que se le preguntaba al alcalde de Madrid, José Luís Martínez-Almeida, que si solo tuviese dinero para destinarlo al Amazonas o a Notre Dame de París, ¿a dónde lo destinaría?

Ante la estupefacción de los niños que lo estaban escuchando –algunas caras eran un poema- el alcalde respondió sin dudarlo que a Notre Dame, porque era “un símbolo europeo y nosotros vivimos en Europa”. A uno de los pulmones del mundo y a uno de los lugares con mayor biodiversidad del planeta, que le den.

Así que no solo Bolsonaro es el coco. Podríamos incluir en la lista al negacionista Donald Trump. Probablemente, el peor presidente de los Estados Unidos de América de las últimas décadas en cualquier sentido que consideremos. Hasta Ronald Reagan me cae simpático a su lado.

Parece que la actual cosecha de “líderes mundiales” está siendo sencillamente terrorífica. Solo espero que pase pronto y la gente recupere el sentido común, porque a fin de cuentas, han sido ellos quienes los han puesto en posiciones de poder mediante el uso de las urnas.