28 mayo 2009

Deus ex machina

La expresión latina "deus ex machina" se suele utilizar en relación a la resolución de un argumento cuando se utiliza un artificio demasiado forzado o increíble para solventar la trama. Proviene del teatro greco-romano, cuando una grúa (una máquina) introducía en el escenario a un Dios que se encargaba de solucionar la situación.

Ahora centrémonos en una película o serie de ciencia ficción, o en una novela o serie de novelas, que para el caso va a ser lo mismo. ¿Cuáles son los "deus ex machina" habituales a la hora de prolongar ad infinitum la gallina de los huevos de oro, -perdón, quiero decir- la saga o serie?

Opción 1: Nos sacamos de la manga una precuela, lo que nos permite renovar el reparto, generalmente conservando decorados, vestuarios y demás escenografía y le damos al lector la posibilidad de conocer los orígenes de sus personajes favoritos. Hemos visto esta táctica en Star Wars, Star Trek, la serie de Las Fundaciones, el universo de Dune y próximamente en BattleStar: Galactica.

Pero no perdamos de vista que esto de escribir una precuela viene de lejos. A riesgo de ser tachado de hereje, diré que todos los textos relativos a la infancia de Jesucristo tienen este origen: la necesidad del público de saber más de su personaje favorito y apenas se citan en los Evangelios canónicos.

Opción 2: Reescribimos la historia pero contada desde otro punto de vista, cosa que podríamos llamar "paracuela", por lo de "secuela paralela" o más genéricamente, "spin-off". Los casos más flagrantes en la ciencia ficción han sido la Segunda Trilogía de las Fundaciones, a cargo de los 3B'Killers (Benford, Bear y Brin), que nos narran las aventuras de Hari Seldon y sus amigos o bien la inacabable serie de Ender, de Orson Scott Card, con novelas como La sombra de Ender, La sombra del gigante, etc.

En televisión, tenemos algunas de las series de las franquicias de Star Trek, como Star Trek: La Nueva Generación, Star Trek: Espacio Profundo 9 y Star Trek: Voyager, o Torchwood, "spin-off" y anagrama de Doctor Who.

Opción 3: Resurrecciones milagrosas, que es cuando los guionistas se cargan un personaje pero la insistencia del público es tal que hay que recuperarlo sea como sea. Entonces o se lo resucita directamente o bien se lo hace pasar por su hermano gemelo o se recurre a un universo paralelo. Lo que haga falta. Tal es el caso de las historias de Sherlock Holmes en que Conan Doyle, harto de su personaje decide matarlo, pero a insistencia del público, no le queda más remedio que resucitarlo.

En televisión, tenemos el caso del personaje de Star Trek: La Nueva Generación, Tasha Yar, que es revivido en forma de hija romulana mala malísima, Before (B4), alter ego del comandante Data o el mismísimo James T. Kirk, devuelto a la vida gracias al Nexus en Star Trek: Generaciones.

Aunque tal vez el caso más conocido de la ciencia ficción cinematográfica sea el de Star Wars, en el que tanto Yoda como Obi-Wan Kenobi aparecen después de muertos como espectros luminosos y campan a sus anchas por la pantalla dando consejos y desfaciendo entuertos.

Opción 4: El bucle temporal, en el que un personaje del pasado aparece en el futuro o viceversa y que es uno de los trucos más manidos de la ciencia ficción. Recientemente podemos ver un caso de estos en Star Trek XI, con un Spock del futuro conviviendo con un Spock recién salido de la Academia de la Flora Estelar.

Opción 5: El Universo paralelo, en el que nos sacamos una realidad alternativa de la manga en la que los acontecimientos no han sucedido igual que en nuestra línea de la historia. Así, podemos recuperar a la esposa original del Comandante Sisko en Star Trek: Espacio Profundo 9.

O podemos leer atónitos cómo el conocido cirujano ruso Ysak Asimov es un doctor multidisciplinar que igual te opera de almorranas como realiza un delicado transplante de corazón, en La llegada de los gatos cuánticos, de Frederik Pohl.

Opción 6: El simulador holográfico, que es una sala que permite recrear cualquier ambiente y personaje de manera holográfica. Así, en Star Trek: La Nueva Generación, Stephen Hawkings (el de verdad) puede tener una partidita de póker con el comandante Data, Albert Einstein y Sir Isaac Newton.

Opción 7: En realidad no estaba muerto, sólo me escondía, situación que podemos ver también en Star Trek: La Nueva Generación (serie prolífica en Deus ex machina) con el personaje del doctor Soong, el padre de los androides Data y Lore.

Opción 8: Que entren los clones, que es cuando uno de los personajes es clonado y se lo vuelve súbitamente unas cuantas décadas más joven. Es el argumento de Star Trek: Némesis, cuando el Capitán Jean-Luc Picard debe enfrentarse a un alter ego más joven, educado por los remanos, tras vivir una vida de perros en las minas de dilitio romulanas.

Opción 9: Fallo del transportador, que permite en unas condiciones excepcionales duplicar una persona en dos seres idénticos, como le sucede en uno de los episodios de Star Trek: La Nueva Generación al comandante Rikard, cuyo alter ego acaba interviniendo posteriormente en Star Trek: Espacio Profundo 9.

En fin, podría seguir pero tampoco quiero aburrir. La cantidad de giros argumentales ideados por los guionistas nunca dejará de sorprenderme.

1 Comments:

At 11:09 p. m., Blogger Daniel Guajardo (aka Dan Guajars) said...

El Doctor Who depende del deus ex machina para sobrevivir. Justo cuando está ás perdido, suelta un gas que reacciona con la materia oscura que se vuelve pensante que presiona el botón que lo salva. Aunque es una serie de fantasía 100%, así que da lo mismo, me entretiene a mil.

 

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