30 diciembre 2005

Correlaciones: Turismo de catástrofes (!)

¿Se acuerdan de los alemanes que aprovechaban los bombardeos sobre la ex-Yugoslavia durante su desintegración para ir en autobuses en viajes turísticos hasta las cercanías de los lugares atacados para hacer turismo? Pues bien, ahora en los Estados Unidos se han sacado de la manga otra original manera de hacer dinero con la desgracia ajena: han montado rutas turísticas por New Orleans para que la gente pueda ver con sus propios ojos los lugares devastados por la catástrofe.

Realmente da asco. Entiendo que le gente busque el dinero fácil. A quienes no entiendo es a los tontos que pican y les siguen el juego. ¿Es que no tienen conciencia? Hoy veía las imágenes por televisión y en un árbol había colgado un cartel bien visible que ponía: "Soy víctima de una catástrofe, no un objeto turístico". La verdad es que he sentido vergüenza ajena.

Me he acordado del relato "Época dorada" (Vintage season, 1946) de Henry Kuttner y Catherine L. Moore, publicado en La Edad de Oro. 1946-1947, en que un grupo de turistas del futuro visitan zonas donde van a suceder grandes catástrofes para disfrutar de los grandes eventos de la historia.

Kuttner y Moore retrataron ya en su época la voracidad de la sociedad de los medios de comunicación masivos, que se recrean en las desgracias y hasta celebran los aniversarios de las catástrofes como si de un show mediático se tratase (que de hecho es en lo que los han convertido). Aún tengo frescas en la retina las imágenes de la sombría "celebración" del primer aniversario del tsunami que afectó al sudeste asiático.

Otra modalidad, menos virulenta pero igual de sensacionalista son esas famosos fotos, muchas veces en blanco y negro, sobre personas pobres y desgraciadas del tercer mundo que ganan prestigiosos concursos fotográficos y que se exponen en lujosas salas pobladas por gentes bien y canapés y champagne a su alrededor. Si eso no es un contrasentido...

Hay que distinguir las fotos de denuncia social. Pero convertir la miseria y la desgracia en un arte... no sé, siempre he creído que tenía mucho de pornográfico. Ray Bradbury lo expone magistralmente en el relato "Sol y sombra" (Sun and Shadow, 1953), contenido en Las doradas manzanas del sol y que ganó el premio Franklin al mejor relato norteamericano de 1954.

Es curioso que se persiga tanto la pornografía en ciertos ámbitos (como internet) pero en cambio este tipo de pornografía a mi entender igual de indigna, pues busca obtener lucro y fama de la desgracia ajena, goce de tanta aceptación social y otorgue laureles a quienes no se los merecen.

2 Comments:

At 4:54 p. m., Anonymous Anónimo said...

Comento un caso popular de "aprovechamiento" de las desgracias ajenas: está bastante extendida la creencia que si en un lugar se produce una catástrofe es más probable que cerca de allí toque la lotería, por eso de "equilibrar la suerte".

Pues un montón de gente de fuera de estos lugares compra lotería allí, lo cual me parece repugnante, ya que si es "justo que les toque la lotería", pues que les toque a los pobres que han sufrido la desgracia y no a unos "aprovechados", ¿no?

 
At 4:58 p. m., Anonymous Anónimo said...

A mi ese tipo de "turismo" me hace pensar en cuando unos hermanos le dan vueltas y vueltas a qué dejará a cada uno como herencia su padre... que aún está vivo, aunque pachucho en una residencia.


En cuanto a las fotos "sociales", no sé, la niña aquella de Vietnam o la mujer en la playa después del tsunami son una especie de "Nacimiento de Venus" o "David" de la fotografía, igual que una foto del Hubble.

La foto de un campamento gitano para mi es como una de la Sagrada Família o de una manifestación contra el gobierno.

La de un mendigo en el Raval o un sin techo durmiendo en un cajero es como una foto de voyeurismo que nos han hecho mientras salíamos de la ducha.

 

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