22 mayo 2006

Premio Xatafi-Cyberdark. Narrativa corta (III)

Entramos ahora en la narrativa extranjera. Comenzaré por los dos relatos seleccionados de Mike Resnick. Debo reconocer que tengo una cierta debilidad por su narrativa breve, pues todo lo que le he leído me ha gustado mucho o bastante.

Así, "He tocado el cielo" es un relato que forma parte de un ciclo mayor de narraciones que, por desgracias, en nuestro país no hemos podido disfrutar. En este caso, los protagonistas son Koriba, el brujo de la tribu y una inteligentísima niña kukuyu. Ya desde el principio se nos plantea el dilema ético que tiene que resolver el peculiar brujo (con ayuda de la alta tecnología) sobre si enseñar a la niña o no hacerlo, pese a las dramáticas consecuencias que podría acarrear.

Se trata de un relato bellamente construido, con un final que no deja indiferente y más que discutible, pero que en cualquier caso nos hace replantearnos muchos aspectos sobre la tolerancia cultural y sobre cómo la perspectiva occidental es muy diferente de la de otros pueblos, como el kikuyu.

También de Resnick es "El sumidero de la memoria", una emotiva narración con muchas similitudes a Flores para Algernon de Keyes y que, posiblemente, sea un homenaje a dicho relato. En este caso se nos describe la muy peculiar solución que encuentra un hombre mayor ante el Alzheimer de su esposa.

El relato que posiblemente menos me ha gustado es "Duelo" de Richard Matheson. Reconozco que en su día pudo haber sido muy rompedor y que esto del terror psicológico de carretera ya está hoy muy visto, pero la verdad me cansa un poco tanta persecución entre el siniestro camión y el coche.

En "Duelo" se nos plantea un terror aplicado a la cotidianidad. Nada más normal que ir conduciendo por una carretera y adelantar a un camión. No debería haber más consecuencias -salvo los imprevisibles accidentes de tráfico. Pero Matheson introduce aquí un terror psicológico de la irracionalidad de manera magistral.

No obstante, el relato se hace un poco pesado y, sinceramente, no le veo la componente fantástica por ningún lugar, a pesar de que en alguna ocasión parece insinuarse que se trata de una máquina poseída, no es lo que nos transmite finalmente el autor.