07 septiembre 2020

Relaciones consentidas

 En la ciencia ficción es extraordinariamente habitual encontrarse situaciones en que ciertos organismos alienígenas extraños invaden los cuerpos humanos (o de otro tipo) y los controlan. Pero hoy no hablaré de estas relaciones de dominio parasitario sino de un subconjunto de ellas: las relaciones, digamos, “consentidas”.

 

En algunos casos, estas relaciones están toleradas o incluso se pueden considerar una simbiosis. Así pues, en Star Trek: Espacio Profundo 9, uno de los personajes, Jadzia Dax es una trill.

 

Los trill son una especie humaniforme que tienen en su abdomen una especie de saco, como los canguros, en los que cuando el trill huésped llega a su vida adulta y después de superar una serie de pruebas (un control de “calidad”) se inserta el simbionte, con forma gusaniforme. De hecho, para los huéspedes trill es un inmenso honor ser seleccionado para albergar un simbionte.

 

El simbionte se funde cerebralmente con el huésped original y el nuevo individuo conserva tanto los recuerdos del huésped como los de todas las vidas del simbionte, porque este es extraordinariamente longevo y puede sobrevivir a un montón de huéspedes diferentes.

 

Se trata de una idea curiosa. Además, los trills van alternando entre masculino y femenino, lo cual puede producir curiosas reacciones entre los que conocieron a la anterior encarnación. Así, el comandante Sisko tuvo como mentor a la anterior encarnación de Jadzia Dax, un hombre mujeriego y aventurero llamado Curzón Dax, cuyo carácter poco tiene que ver con la actual Jadzia Dax, más prudente y con un carácter mucho más controlado (aunque conserva la afición por los klingons de su predecesor, como acabará demostrando).

 

En otra conocida serie de ciencia ficción, Star Gate: SG1, también existe una relación de simbionte. En este caso, las hay de dos tipos: la no consentida, por parte de los Go’auld, unos seres ambiciosos y malignos que pretenden esclavizar a las demás especies del Universo y los Tok’ra, que son un subgrupo de los Go’auld, más pacíficos y que solo aceptan simbiontes voluntarios. A cambio, comparten con ellos su vida, sus conocimientos y sus experiencias.

 

En general, la ciencia ficción ha solido considerar este tipo de relaciones simbióticas más bien como parasitarias y algo maligno. De ejemplos los hay a patadas. Pero también es interesante ver que en algunos casos, la relación puede ser simbiótica, voluntaria y pacífica.