08 abril 2020

Dendricidios


El dendricidio es el exterminio de un árbol que generalmente tiene algún significado simbólico o religioso para una comunidad. Por desgracia, en la historia de la Humanidad, son muchos los casos de dendricidio habidos y por haber y uno de los actores que más dendricidios ha cometido es la Iglesia cristiana.

En la ciencia ficción, también tenemos algunos ejemplos de dendricidio. Tal vez el más conocido sea el que aparece en Un caso de conciencia (A Case of Conscience, 1953 [novela corta] y 1958 [novela], premio Hugo 1959) de James Blish, en el que se describe una especie alienígena de reptiles -los lithianos- que tienen una especie de árbol de comunicaciones que acaba siendo talado por los extremistas religiosos terrestres por considerarlo un elemento de adoración diabólico.

También hay tala de árboles en el maravilloso relato El nombre del mundo es bosque (The Word for World Is Forest, 1972, premio Hugo 1973), de Ursula K. LeGuin, una especie de discurso antiguerra de Vietnam, pero que es mucho más complejo que eso.

En Naves silenciosas (o misteriosas) (Silent Running, 1972), la vida vegetal ha desaparecido casi completamente de la Tierra y solo subsiste en una estación espacial, cuyo botánico encargado recibe la orden de acabar con lo que queda de las plantas terrestres de la nave. Un dendricidio en toda regla, esta vez por cuestiones político-económicas.

Por desgracia, el mundo real es mucho más rico que el ficticio en lo que a dendricidios se refiere. Muchos árboles excepcionales, por su majestuosidad, su talla o por la caprichosa forma en que han crecido, han sido objeto de adoración por comunidades humanas. Y digo por desgracia, porque ello les ha acabado atrayendo el fatídico rayo de la intolerancia y han acabado talados o quemados. En el caso de Catalunya, el pi de les tres branques o en Inglaterra, el espino blanco de Glastonbury. Una muestra más de la ingente barbarie humana.