10 noviembre 2005

Fuga para una isla / Christopher Priest

Fuga para una isla
Christopher Priest
Fugue for a Darkening Island
Edhasa

Hay veces que una novela te recuerda a los sucesos de actualidad. Tal es el caso de Fuga para una isla, cuya lectura me recomendó encarecidamente Nacho por este motivo y que uno tenía en la cola de espera desde hacía mucho tiempo. Así que el consejo cundió y me sumergí en su lectura.

Lo curioso del caso es que si este libro lo hubiese leído hace unos cuantos años me habría recordado a los tristes sucesos de Bosnia o a los de Kosovo, por poner un par de cercanos ejemplos de guerras civiles con tintes raciales. Pero en el presente me ha recordado, y mucho, a los sucesos de París, ya sabéis, la revuelta social en ciertos barrios marginales, la quema de coches, de guarderías, de escuelas...

El tema central del libro es una guerra civil en Inglaterra ocasionada por el choque entre los oriundos de la isla y los inmigrantes refugiados africanos que llegan a ella huyendo de una guerra devastadora en el continente africano.

La guerra no es un tema esporádico en la producción literaria de Priest. Lo encontramos como tema de fondo en La afirmación y como tema principal en algunas de las narraciones contenidas en Un verano infinito, tales como "La negación" o "Rameras".

En este caso, la guerra es vista no desde el punto de vista de un general, sino desde el punto de vista de un protagonista cualquiera, una persona normal de clase media-baja residente en Londres, con una mujer y una hija pequeña. El personaje central no es ni el emperador de todas las cosas ni un outsider, sino alguien con quien podemos identificarnos plenamente.

Asimismo, el tratamiento de la guerra gira alrededor de sus efectos, de su absurdidad, de la violencia defensiva y de la violencia gratuita, del desarraigo, de la crueldad y de la terrible deshumanización que ésta puede producir, pero no está contada con tremendismo ni con histrionismo, sino mediante una neutra narración en primera persona.

Otros elementos importantes de la temática son la indecisión, el racismo, la inmigración incontrolada, los ghettos, los gobiernos fascistoides, la desintegración social y las reacciones diversas ante la catástrofe, perfectamente integrados a lo largo de la narración, que se lee deprisa a pesar de la curiosa manera en que está escrita.

Y es que la forma es rompedora literalmente: es como si un soplo de viento hubiese desordenado las páginas de la narración original contada de manera lineal y ahora tuviésemos que ir reuniendo los fragmentos uno a uno tratando de deducir la situación, cosa que al principio cuesta un poco. Pero cuando los fragmentos parecen juntarse, el autor vuelve a romper el mosaico y debemos recomenzar de nuevo, así hasta el final, triste, pero no tenebroso, trágico y doloroso, pero contado con una cierta asepsia que infunde al ánimo del lector una sensación de extraña vacuidad.

En definitiva, una novela sobre cómo la guerra -en este caso civil- puede encallecernos el alma; sobre cómo puede surgir el racismo y el fascismo a la vuelta de cualquier esquina; sobre la propaganda en tiempos de guerra; sobre el poco respeto de los combatientes por la población civil; y sobre las dos tendencias de la sociedad occidental presentes hoy día: la xenófoba y la políticamente correcta de compasión hacia los que nada tienen.


Links:

¿Arde Amiens?
Fuga para una isla en El Rincón de Nacho