26 octubre 2006

Correlaciones: Lifewired

Hoy aparece en la prensa un estudio según el cual casi la mitad de los jóvenes que viven en una ciudad como Barcelona abusan del chat, llegándose a conectar unas 16 horas semanales. Esto, la media, que seguro que los hay que se pasan todo el día enganchados.

¿Estamos produciendo una generación de cyberconectados? ¿Es eso muy problemático? ¿Se diferencia mucho de pasarse el día enganchados a la televisión?

La verdad es que las televisiones suelen sacarle bastante el jugo a todos estos informes. Todo lo que asocie internet con algo malo, obtiene rápidamente su crédito y es difundido a los cuatro vientos. El motivo es bien simple: internet es el principal competidor de futuro que tienen y sus audiencias no hacen sino bajar conforme servicios como el Messenger, bullen de actividad.

El estudio no se limita al chat, ya que los jóvenes reconocen que también abusan del mail y de los videojuegos. Un bonito panorama.

Hay todo un subgénero de la ciencia ficción que trata de estos fenómenos: el cyberpunk. Naturalmente, la mayor parte de los no “iniciados” en el mundillo, descubren los problemas ahora. Tal vez si leyesen un poco más de literatura especulativa, el toro no les hubiera pillado.

Pero volviendo al tema, ¿qué problemas y qué ventajas ofrece esta situación? Los problemas son claros: problemas de socialización, exceso de individualismo, disminución del rendimiento escolar, fatiga, etc.

¿Hay ventajas? Bueno, todo depende de lo que entendamos por ventaja. Si lo que queremos es producir una generación que encuentre guay que les injerten un chip para tenerlos controladitos o que les taladren el cráneo para poder acceder mediante una interface neural a sistemas cibernéticos, pues entonces es una ventaja, claro.

A mí, por eso, me siguen recordando a los Borg, esos seres cibernéticos de Star Trek, mitad orgánicos, mitad máquinas, consumidores terminales de toda tecnología y enlazados mediante una sofisticada interface a una mente-colmena.

Es lógico que la globalización cultural se abra paso a marchas agigantadas. Existe ya una cybercultura común en todo el mundo, desde el Tíbet hasta Nueva York, pasando por España. El mail, las webs, los blogs y los flogs, el Messenger, el chat, el móvil, los servidores de mp3, YouTube, Google… y todo interconectado formando una especie de papilla mental por la que es muy difícil navegar si uno no le dedica su tiempo.

Tal vez se esté abriendo una brecha tecnomental insalvable entre las viejas y las nuevas generaciones. Dudo que la inmensa mayoría de padres sepan en qué gastan el tiempo sus hijos, con quién se relacionan, qué compran o qué ven en la red. La verdad, es que a la mayoría ni les importa. Y debiera.

2 Comments:

At 1:22 a. m., Anonymous Anónimo said...

El problema, como bien apuntas, es de educación. Los padres de hoy en día, que en su 99% no están "conectados" o bien lo están pero usan internet a nivel bajo, no están formados ni para controlar ni para entender lo que hacen sus hijos delante la pantalla. Además es la primera generación de adolescenes que, a nivel mundial, ha saltado del tiempo real a tiempo virtual de golpe y en un solo paso, sin haber recibido una mínima "educación" ni de tipo informático ni de tipo emocional para enfrentarse a la red de redes. No era lo mismo cuando, hace ocho años, muchos empezamos en el tema pero ya teníamos una cierta edad como para discernir las cosas buenas de las malas; y aún así muchos nos enganchamos durante cierto tiempo como verdaderos enfermos...

No hay ventajas, prácticamente ninguna, sino, más bien, todo lo contrario. Usan la red para hacer "trampas", al mundo y a sí mismos. Creo que el esfuerzo que las generaciones anteriores tuvimos que hacer en muchos campos (estudios, relaciones sociales) queda totalmente eliminado y modificado para siempre de un solo plumazo.

La generación "buena" será la de nuestros hijos. Esos convivirán con la red desde el momento de su nacimiento, y aprenderán a usarla en su justa medida como se enseña a los niños que es bueno y que es malo, lo que es útil y lo que es perder el tiempo. El salto se notará, y esta vez si será brutal, entre nuestros padres y ellos.

Estoy convencido de que la brecha digital que habrá dentro de 30 años no será tal, sino más bien un socavón insalvable entre aquellos que viven en el mundo del siglo XX (televisón, teléfono, periódicos) y los que vivan en esa futuro donde tendremos realidad virtual inmersiva real con comunicación instantánea en todo el mundo y desde cualquier punto. No se tratará de cuantificar cuanto tiempo pasas delante de la pantalla, sino de decidir en cual de los dos "lados" prefieres vivir. La cantidad de nuevos grupos sociales, y sus comportamientos, que aparecerán ya fueron descritos por algunos visionarios hace años.

Dos tiempos, 60 años de diferencia, y una nueva era, que ya no será la de la "información", que es en la que estamos ahora, sino una otra que va conformándose día a día y que nadie sabe como se llamará.

Hasta Max Headroom, en solo 20 años, se nos ha quedado anticuado... :)

PD: aprovechando la cuyuntura, recomiendo para neófitos de los próximos "20 minutos en el futuro" el recién editada El Hacker y las Hormigas. Está lleno de la clásica terminología cyberpunk sobre el tema, muy bien explicada y perfectamente posible, que es de lo que hablamos. Para los más "duros del barrio", Islas en la Red, de Bruce Sterling, y la paranoica La Era del Diamante, de Stephenson.

PD2: menudo rollo que te acabo de echar Enric :)

 
At 10:26 a. m., Blogger Yarhel (Enric Quílez) said...

Coincido en lo que dices, Cyber. Quién mejor que tú con tu nick para opinar sobre el asunto ;) Y es verdad que hubo una época en que muchos de nosotros estábamos verdaderamente enganchados: a mí me pasó con el chat hace ocho años.

 

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