Robots por doquier
El otro día, una conocida
empresa de sondeos me hizo una encuesta en la que me preguntaba un montón de
cosas, pero sobre todo, cuestiones relacionadas con la robótica, la futura
incorporación de robots al mercado laboral, la competencia entre humanos y
robots por los puestos de trabajo y cosas por el estilo.
Parece ser que ya están
aquí. Se acabó la ciencia ficción. Hace tiempo que los robots sustituyeron
buena parte de la mano de obra repetitiva o peligrosa en fábricas o en lugares
peligrosos, como en centrales nucleares o en tareas de desactivación de
explosivos.
Pero ahora quieren
sustituir a los camareros o a los recepcionistas de hotel por robots más o
menos inteligentes. ¿Dónde está el límite? Isaac Asimov decía que el límite
estaba precisamente en aquello que era más barato y eficiente que hiciesen los
robots en vez de un humano. Eso creo que da mucho juego.
Será inevitable que
aparezcan movimientos antirobots, que se quejen de que les quitan puestos de
trabajo o incluso que se generen reacciones más o menos violentas. Esto ya
sucedió durante la revolución industrial y supongo que volverá a pasar ahora.
Incluso se hablaba de
hacer pagar a los robots (se entiende que a sus propietarios) un impuesto o
tasa para compensar los puestos de trabajo que destruyan. También se habla de que
si bien se perderán puestos de trabajo, se generarán otros nuevos a
consecuencia de la robotización, pero esto no lo veo muy claro. Especialmente,
no veo claro que los nuevos puestos de trabajo se generen al mismo ritmo que se
destruyen los antiguos, ni en la misma cantidad.
Y desde luego, después
están ciertos usos más polémicos, como utilizarlos como animales o “personas”
de compañía o incluso como compañeros sexuales. La literatura y el cine nos han
ofrecido múltiples ejemplos y de hecho ya hay tecnologúa suficiente para ello o
pronto la habrá.
Si Internet ha sido la
gran revolución de finales del siglo XX y principios del XXI, es posible que la
robotización del mundo y la aparición de inteligencias artificiales por
doquier, sea la revolución de mediados del siglo XXI. Y supongo que nos
tendremos que adaptar, velis nolis, a este mundo nuevo y un
poco amenazador.
Tal vez, donde los robots
podrían tener un papel realmente importante sea en la exploración del espacio.
Enviar una tripulación humana a Marte, por ejemplo, es caro y peligroso. Se
requieren provisiones, protecciones contra la radiación y gente muy preparada
psicológicamente y la ingravidez es un problema que afecta a la fisiología de
los cuerpos humanos.
En cambio los robots
pueden ser tan resistentes como queramos, no se aburren y pueden programarse y
reprogramarse para multitud de tareas y la ingravidez tampoco tiene por qué ser
un problema especial para ellos, ya que estarán diseñados específicamente para
moverse en este tipo de entornos.
También la
exploración/explotación de los fondos oceánicos sea un terreno destinado a los
robots por los mismos motivos que la exploración espacial. Podríamos ver muy
pronto robots mineros en el fondo de los oceános, en la Luna o en los
asteroides.
Esto me parece mucho más
razonable que eliminar el contacto humano de ciertas profesiones, como puede
ser la de recepcionista de un hotel, qué queréis que os diga y un uso mucho más
racional de la tecnología robótica.
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