17 septiembre 2019

Robots por doquier


El otro día, una conocida empresa de sondeos me hizo una encuesta en la que me preguntaba un montón de cosas, pero sobre todo, cuestiones relacionadas con la robótica, la futura incorporación de robots al mercado laboral, la competencia entre humanos y robots por los puestos de trabajo y cosas por el estilo.

Parece ser que ya están aquí. Se acabó la ciencia ficción. Hace tiempo que los robots sustituyeron buena parte de la mano de obra repetitiva o peligrosa en fábricas o en lugares peligrosos, como en centrales nucleares o en tareas de desactivación de explosivos.

Pero ahora quieren sustituir a los camareros o a los recepcionistas de hotel por robots más o menos inteligentes. ¿Dónde está el límite? Isaac Asimov decía que el límite estaba precisamente en aquello que era más barato y eficiente que hiciesen los robots en vez de un humano. Eso creo que da mucho juego.

Será inevitable que aparezcan movimientos antirobots, que se quejen de que les quitan puestos de trabajo o incluso que se generen reacciones más o menos violentas. Esto ya sucedió durante la revolución industrial y supongo que volverá a pasar ahora.

Incluso se hablaba de hacer pagar a los robots (se entiende que a sus propietarios) un impuesto o tasa para compensar los puestos de trabajo que destruyan. También se habla de que si bien se perderán puestos de trabajo, se generarán otros nuevos a consecuencia de la robotización, pero esto no lo veo muy claro. Especialmente, no veo claro que los nuevos puestos de trabajo se generen al mismo ritmo que se destruyen los antiguos, ni en la misma cantidad.

Y desde luego, después están ciertos usos más polémicos, como utilizarlos como animales o “personas” de compañía o incluso como compañeros sexuales. La literatura y el cine nos han ofrecido múltiples ejemplos y de hecho ya hay tecnologúa suficiente para ello o pronto la habrá.

Si Internet ha sido la gran revolución de finales del siglo XX y principios del XXI, es posible que la robotización del mundo y la aparición de inteligencias artificiales por doquier, sea la revolución de mediados del siglo XXI. Y supongo que nos tendremos que adaptar, velis nolis, a este mundo nuevo y un poco amenazador.

Tal vez, donde los robots podrían tener un papel realmente importante sea en la exploración del espacio. Enviar una tripulación humana a Marte, por ejemplo, es caro y peligroso. Se requieren provisiones, protecciones contra la radiación y gente muy preparada psicológicamente y la ingravidez es un problema que afecta a la fisiología de los cuerpos humanos.

En cambio los robots pueden ser tan resistentes como queramos, no se aburren y pueden programarse y reprogramarse para multitud de tareas y la ingravidez tampoco tiene por qué ser un problema especial para ellos, ya que estarán diseñados específicamente para moverse en este tipo de entornos.

También la exploración/explotación de los fondos oceánicos sea un terreno destinado a los robots por los mismos motivos que la exploración espacial. Podríamos ver muy pronto robots mineros en el fondo de los oceános, en la Luna o en los asteroides.

Esto me parece mucho más razonable que eliminar el contacto humano de ciertas profesiones, como puede ser la de recepcionista de un hotel, qué queréis que os diga y un uso mucho más racional de la tecnología robótica.