13 diciembre 2019

Esperanza


Hace poco me preguntaba dónde estábamos en la actualidad en el mundo de la ciencia ficción. Es decir, ¿hay alguna tendencia que domine el elenco de obras que se producen?

Creo que eso será cada vez más difícil, pues la diversidad ha venido -creo yo- para quedarse. Pero sí que parece ser que empieza a surgir un nuevo subgénero: el hopepunk, es decir, las novelas que describen un mundo futuro lleno de esperanza.

No son propiamente utopías, pero son claramente lo opuesto a las distopías. Me temo que se ha abusado excesivamente de las distopías en el género. La gente necesita creer en algo un poco positivo y ya están hartos de novelas que hablan de mundos apocalípticos consecuencia de la superpoblación, la contaminación y el cambio climático. Era de esperar que habría una reacción. El péndulo sigue oscilando.

Lo cierto es que este nuevo subgénero empieza justo ahora a despuntar. Tal vez acabe por no nacer del todo o solo sea una moda muy puntual, pero creo que después de tanto mundo inundado y de hecatombes zombis, tenía que surgir algo un poco más agradable.

Si la ciencia y la tecnología nos han metido en el embrollo ambiental en que nos encontramos, soy de la opinión que serán la ciencia y la tecnología quienes nos sacarán -en la medida de lo posible- de él.

Ello no quiere decir que los denuados esfuerzos de un montón de gente luchando por un mundo mejor no sirvan de nada. Pero se trata de cambios e inercias inmensas. Por poner un ejemplo: no creo que prescindamos completamente de los combustibles fósiles hasta que la ciencia nos provea de una fuente de energía relativamente barata, universal y no contaminante, que puede ser algo como la energía solar altamente aprovechada, una energía nuclear de fisión mucho más segura y con pocos residuos o la eternamente soñada energía de fusión.

Así pues, el hopepunk podría ser una nueva tendencia de futuro que empieza ahora a sobresalir en la ciencia ficción. Hay quienes creen que no es propiamente un nuevo subgénero. El tiempo lo dirá.