15 marzo 2006

Idus de marzo

Hoy, 15 de marzo, son los idus de marzo (la mitad de mes), el día que hace más de veinte siglos asesinaron a Cayo Julio César en el Senado romano. Hace años tuve la suerte de contemplar un pequeño ritual que al parecer celebran todos los años, sufragado por el ayuntamiento de la Ciudad en memoria del difunto Julio.

Mucha tinta ha corrido sobre el que tal vez sea uno de los magnicidios más famosos de toda la historia, pero como en este blog suelo hablar básicamente de literatura fantástica, no le daré un enfoque histórico, sino que me ceñiré al tema.

Una de las cosas que encuentro a faltar entre la reciente moda de las ucronías es la falta de una obra que polemice acerca de qué hubiese sucedido si no hubiese muerto Julio César.

Podemos adelantar algunas cosas. Para empezar, si se hubiese consolidado la reforma política por la que nombró senadores a representantes de las distintas provincias, se hubiese instaurado un sistema representativo, lo que hubiese sido una novedad muy interesante. Desde luego que los senadores en cuestión no eran mucho más libres de decidir que los romanos, pero las provincias se hubiesen sentido como algo más que como colonias explotadas, que es lo que siempre fuimos.

Por otro lado, la idea de un Emperador monárquico (que es en definitiva lo que acabó sucediendo después) hubiese ahorrado muchas conjuras y guerras civiles estériles. Además, César tenía un programa muy ambicioso de reformas que, en parte después desarrollaron posteriores emperadores.

Pero lo más interesante, con César proclamado Emperador y unas legiones fieles a él en persona, posiblemente se hubiera lanzado a la conquista de oriente y del norte. La historia hubiese sido muy diferente. Tal vez no hubiese existido nunca el desastre del bosque de Teutoberg y los germanos habrían sido derrotados y romanizados, por lo que Roma no hubiese caído siglos después o lo hubiese hecho de manera muy diferente.

Quién sabe... Es todo un universo de especulaciones. Algunas ha habido en el campo de la ciencia ficción, como Que no desciendan las tinieblas de Lyon Sprague de Camp, además de muchas otras ucronías, como Un hombre en el castillo de Philip K. Dick, en que los nazis y los japoneses ganan la II Guerra Mundial, Pavana, de Keith Roberts, que aunque no es totalmente una ucronía especula sobre un mundo en que la Armada Invencible hizo honor a su nombre y los españoles derrotaron a los ingleses, deponiendo del trono a Isabel I.

Recientemente, en España parece que surgen algunas iniciativas de lo más interesante en el campo de las ucronías. Por un lado, tenemos la recopilación de relatos Franco. Una historia alternativa, de diversos autores o Danza de tinieblas, de Eduardo Vaquerizo, en que Juan de Austria sucede a su hermano Felipe II en el trono de España.

En fin, disfrutad del día y tened mucho cuidado con los idus de marzo...