Los libros-golosina
Para mí, existen un cierto tipo de libros a los que denomino libros-golosina que se caracterizan por tener los siguientes atributos:
- Se leen rápido (a veces en una noche)
- La trama es muy adictiva y no puedes dejarla hasta acabarte el libro
- Tienen una cierta extensión, a caballo entre el tocho y la novela corta
- Si su autor escribe más cosas, posiblemente serán del mismo estilo
- Es lo que comúnmente se llaman best-sellers, aunque hay excepciones
- Rara vez incitan a una relectura, ya que buena parte de su encanto se basa en la sorpresa y la originalidad, que quedan agotadas tras la lectura
- Suelen estar escritos en un leguaje sencillo, con bastante diálogo
- Los personajes son fáciles de identificar o con nosotros mismos o con alguno de nuestros héroes particulares
En efecto, son libros muy característicos, difíciles de confundir. Suelen tener bastante mala fama y hay autores verdaderamente especializados en su manufactura. Algunos, incluso, los producen como churros y en muchas ocasiones, así salen.
No obstante son un fenómeno que dura ya más de dos décadas y cada vez son más comunes en el campo que linda la fantasía con la ciencia ficción, con pinceladas más o menos creíbles de novela histórica o de esoterismo.
Su éxito radica precisamente en que son fáciles de leer, suelen ser divulgativos (y por tanto asequibles a casi todo el mundo), tienen una trama ágil (a veces demasiado) y suelen lanzar a sus autores a la fama, con lo que gozan de mucha publicidad gratuita en los medios de comunicación: desde el boca a boca, hasta la televisión, la prensa o internet.
En el campo de la literatura fantástica, estamos hablando de libros como El ocho, Parque jurásico, El último Catón o El código da Vinci y de autores como Katherine Neville, Michael Crichton, Matilde Asensi o Dan Brown. Algunos, como los dos últimos, son el fenómeno del momento; otros, como los anteriores, son caballos ganadores, más consolidados.
No se diferencian excesivamente de otros autores de best-sellers tipo thriller como Tom Clancy o Frederik Forsythe, ni de escritores que cultivan más bien el género del terror como Robin Cook o Stephen King. Algunos, como éste último, incluso gozan de un cierto reconocimiento en el mundo literario como algo más que simples bestselleros.
¿Son estos autores y sus libros una plaga moderna o, simplemente, un signo de los tiempos? ¿Están condenando al ostracismo a la "buena literatura" o simplemente ocupan un nicho de mercado?
Es difícil responder a estas polémicas cuestiones. Es evidente que hay gente que no lee sino best-sellers. Por lo tanto, aunque éstos no existiesen, no se abalanzarían sobre otro tipo de libros "más literarios" para devorarlos con fruición. Pero también es verdad que los best-sellers generan una política editorial que dificulta muchísimo el surgimiento de autores fuera de esa categoría. Además, las librerías tienden a dedicarles mucho espacio, simplemente porque venden, arrinconando al resto a estanterías polvorientas menos accesibles.
¿Son literatura? En mi opinión, sí. Un tipo de literatura más simplona, para masas, pero no creo que eso sea algo nuevo. Simplemente, se ha bajado el listón sobre lo que se considera publicable o de calidad. Pero de todo tiene que haber. El problema es muy simple: la gente cada vez lee menos, por lo que el mercado se reduce; las editoriales rotan stocks cada vez con mayor rapidez y no tienen reparos en descatalogar colecciones y autores enteros, por lo que cuesta mucho consolidar nuevos valores; el metro cuadrado es cada vez más caro en todas partes, por lo que la superficie de las librerías debe optimizarse ofertando aquellos libros que venden más (y que posiblemente menos lo necesitan).
También el cine tiene repercusiones importantes en el mundo editorial. Así, el fenómeno Harry Potter de J. K. Rowling, que ya era importante hace tiempo, ha visto un boom de ventas a partir del lanzamiento de la primera película de la saga. Eso por no hablar de un libro que ya era un clásico antes de su llegada a la gran pantalla: El Señor de los Anillos de J. R. R. Tolkien.
No podemos descuidar la influencia de internet. Este medio ha conseguido que algunos libros que no tienen muchas de las características de los best-sellers acaben siendo fenómenos editoriales. Las webs personales, los blogs, los foros, las listas de correo y otros elementos del cybermundo lo han hecho posible.
Mi valoración personal es menos grandilocuente. Para mi estos libros me vienen muy bien después de leer una obra densa y más sutil. No es que trate de desintoxicarme, pero me gusta alternar lecturas trascendentes con lecturas más superficiales, para no saturarme de ninguna de ambas. Creo que mi ecología mental lo agradece.
Otra cuestión es si podemos igualar el concepto de libro-golosina al de best-seller. Creo que no es exactamente lo mismo. Por ejemplo, acabo de leerme El resurgir de la Atlántida. En teoría es un best-seller, sobre todo en Estados Unidos, pero para mi ha sido una experiencia decepcionante: una calidad muy baja, expectativas defraudadas (una idea muy buena mal desarrollada) y en la segunda mitad, aburrido y previsible a pesar de la acción. Es la diferencia, por ejemplo, entre este libro y El código da Vinci, que a pesar de que tiene muchos fallos y no es ninguna maravilla literaria, entretiene.
1 Comments:
Estoy de acuerdo contigo en el grueso, pero no en todo. A mi tb me gusta la literatura (por lo que dices se presupone que lees bastante) y te recomiendo echar un vistazo a la Escuela Contemporánea de Humanidades(http://www.escuelacontemporanea.com/). Yo estoy haciendo el Master de Ceación Literaria y tengo ocho asignaturas que van desde lectura critica profesional, a relato breve, novela o historia de las ideas. Un lujazo! disfruto un montón...
Publicar un comentario
<< Home