09 marzo 2009

¿A qué sabe la materia oscura?

A veces, no puedo evitar curiosear en alguno de esos programas sobre temas esotéricos que pululan por las ondas en casi todos los canales. Me divierte bastante que su gancho sea lo inexplicable. O mejor dicho, lo inexplicado, porque casi siempre quieren endosarnos alguna explicación más o menos peregrina de "su versión".

Pero la ciencia produce mejores y más genuinos rompecabezas, increíbles enigmas, desde los ámbitos más comunes de la vida hasta los rincones más escondidos del cosmos.

Por poner un par de ejemplos de cada: si todos los perros descienden del lobo, ¿cómo es posible que exista una diversidad genética tan enorme entre las diferentes razas de perro, máxime teniendo en cuenta que cuando un par de razas se cruzan, puede salir cualquier cosa del apareamiento? ¿De verdad un chihuaha desciende del majestuoso Canis lupus?

Otro: ¿Qué demonios es la materia oscura? ¿De qué está hecha? ¿Cuánta cabe en un bolsillo? ¿A qué sabe? Y, peor todavía, ¿qué demonios es la energía oscura? ¿Se alimentan los lores Sith de ella?

Bromas aparte, la ciencia es única generando todo tipo de nuevas preguntas y, por ende, de nuevos enigmas. Algo más tardía es la ciencia ficción a la hora de incorporarlos a su tejido narrativo, aunque hay excepciones.

Por ejemplo, hace un cierto tiempo, se pusieron de moda los pares EPR, que es algo relacionado con la mecánica cuántica y la sincronicidad. Bien, pues poco tardó Frederik Pohl en hacerlos aparecer en una de sus novelas (El mundo al final del tiempo) dándoles, encima, un toque humorístico (¿Se acuerdan de Wan-To?).

Pero hay enigmas científicos que no parecen haberse incorporado todavía demasiado en firme. Uno de ellos es la energía oscura, que tal vez es demasiado reciente. Supongo que es cuestión de tiempo.

No es que crea que la ciencia ficción sea tan sólo tecnociencia prospectiva o novelada, pero al menos una parte de ésta sí que lo es y me gustaría ver un poco más de imaginación en el panorama literario.

Por poner otro ejemplo, con la cantidad de descubrimientos habidos en la última década en genética o en neurociencias, no deja de ser algo doloroso ver como lo más sofisticado que se sacan de la manga algunos autores es el enésimo tipo de clon o algún refrito de las arcaicas teorías freudianas de la psique.

2 Comments:

At 1:49 a. m., Blogger Unknown said...

¿A qué huelen las nubes? ;)

Y Egan saca cosas muy sofisticadas en biotecnología. Yeyuka es un excelente ejemplo.

 
At 2:47 p. m., Blogger Daniel Guajardo (aka Dan Guajars) said...

También vi un programa dedicado a la materia oscura, y sin ser científico y basándome en la poca información presentada al respecto, llegué a la simple conclusión que la "materia" oscura es en realidad lo que todos llamamos "vacío", la nada misma, que tiene cualidades físicas y gravitacionales que nos son desconocidas aún. Por eso no hay evidencia física de su existencia, sólo incógnitas macro espaciales.
No digo que la nada tenga materia, digo que el concepto de vacío es errado, al mismo tiempo que llamar "materia" a la materia oscura está errado también. ¿Cómo capturar una partícula de la nada si estamos flotando en ella, si es intangible en sí misma, si es una cualidad del espacio?

 

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